CAPÍTULO 4

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La pequeña reunión de cumpleaños


Giselle.

"Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de otro sueño".

El sonido de la alarma resuena en toda la habitación haciendo que mi pecho se sobresalte, abro los ojos de golpe, mi vista choca con la pared del techo, llevo mis manos al rostro y las froto mis ojos. Me siento en la cama y observo la penumbra y, sin esperar más me levanto de la cama, colocándome en marcha.

Entro al baño, me doy una ducha y vuelvo a mi habitación. Me pongo un vestido blanco que llega a mitad de los muslos, encima una gabardina de lana blanca con botones negros en los bolsillos, unas botas blancas a las pantorrillas y una boina del mismo color, el atuendo es acompañado con un bolso de mano color celeste y por ultimo me pongo un poco de maquillaje.

Salgo de mi habitación mira la hora en mi celular, envío una respuesta por chat y cuando levanto mi cabeza, me encuentro en la sala de estar y lo primero que veo es a Alex profundamente dormido en el sofá, tiene el celular en su pecho y en el mueble ha hecho un charco de babas. «Maldito» le he dicho un millón de veces que no duerma en los sofás porque es sucio y luego le da flojera lavar.

Llego hasta él y levanto el pie para tocar sus costillas con la punta de mi bota

—Oye, ¡Oye! —levanto la voz para despertarlo.

—Mmm... sí, sí lo que tú quieras, muñeca —dice agitando la mano, mientras se acomoda en el mueble.

Me incliné y tomé su mandíbula.

—Soy yo, baboso.

Cuando abre los ojos y me mira se sobresalta, lleva sus manos a los ojos y las frota, para luego sentarse.

—Tú sí que sabes arruinar un buen sueño. ¿Qué ocurre?

—Ocurre que levantes tu trasero y laves mi sofá, perdedor.

—Sí que te quejas por todo, solo es una pequeña mancha, eso ni se nota.

Pongo mala cara al ver que ha dejado manchado todo el reposabrazos del mueble.

Pongo en duda si está en sus tres esferas mentales para recibir la siguiente información. Alex quita la mirada del sofá y me mira, me recorre de pies a cabeza y preguntó:

—¿Ya vas?

—Sí, esta vez los insumos llegarán por flota, demora más, pero sale más barato —miro mi reloj de mano—. Estoy saliendo a las 04.00 A.M, calcula el tiempo en que llegue al puerto, realice el papeleo, también que bajen la carga y desplacen el contenedor hasta aquí, tardaran 15 minutos en entrar todas las cajas por el garaje del otro lado, por donde entran las enfermeras, contrate bastante mano de obra para que agilizaran el trabajo. Danae llega de su turno a las 06:00, mantenla a la vista, por favor.

—Tienes en cuenta que Danae te odiara cuando se entere.

—No se va a enterar, y si se entera tomaré el riesgo. Pero nadie más puede enterarse de lo que pasa en ese cuarto subterráneo, ¿Entendido?

—Ok. ¿segura que puedes sola? —preguntó de nuevo.

—Claro que sí —le respondo— Más tarde a las 05:40 dale la primera dosis del día, por favor. Ah, y lava mi sofá, idiota, que cuando llegue que huela flores —advierto.

Vuelve a mirar el charco de babas que ha hecho en el sofá blanco y asiente con la cabeza, levantando el pulgar.

No digo más y me dirijo al garaje donde yace mi segundo bebé más preciado, el elegante Mercedes Benz clase G 63 color negro.

BLACK © [COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora