Belle mani

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Su madre siempre había sido muy cuidadosa con él desde que era solo un recién nacido, después de todo era en parte culpa suya el que su pequeño tuviera aquel problema psicomotriz al moverse, problema que conllevó hasta sus 5 años y afecto sobretodo a sus manos, sus pequeñas y frágiles manos las cuales debían ser cuidadas con extremo cuidado.

Toni aún recordaba el primer día en el que por fin pudo salir de aquella gran casa en la cual solía aún perderse de no ser por la voz de su hermano que lo llamaba hasta que se volvieran a hallar. Aquel día lo primero que habia hecho fue quedarse estático en la entrada del lugar, sintiendo el viento cálido rozar su blanquecina piel antes de que los gritos de Carlo le llamaran con la misma euforia de siempre. A pesar de ya tener los 10 años cumplidos era todo un mundo el que debían explorar y a la vez del que aprender, y aún más para el joven Gambino de mirada oceánica.


—Tooooooooniiii!!!!!— los gritos del hermano más joven volvieron a resonar esta vez más cerca junto a un abrazo lleno de fraternidad, mismo abrazo que se disolvió al instante que era bruscamente tomado de las manos para salir corriendo del lugar fuera de la casona, solo pararon cuando llegaron con un tumulto de gente, Toni por supuesto que se sentía fallacer ante la repentina maratón para la.cual no había estado listo, no estaba acostumbrado a ello. Aunque su doloroso y agitado pecho continuó queriendo recuperar aire, sus ojos no paraban de examinar asombrados aquella gran plaza en la que se encontraban, toda esa gente, hablando o gritando saludos —Toni— volvió a llamarle su hermano está vez mucho más bajo mientras lo empujaba con cuidado hacia una esquina donde se escondieron sin más, Carlo no paraba de reírse ahogadamente antes de enseñarle un pasaporte en el que se veía la foto de un hombre totalmente calvo, Toni solo imitó la risa de su hermano antes de ver a lo lejos a un hombre rebuscar en su mochila algo —vamos a buscar más de estos?— preguntó con una sonrisa el menor mostrando un billete oculto en su bolsillo.

—¿para qué quieres eso? Papá tiene muchos— fue lo primero que dijo el primogénito de la familia Gambino, el otro solo levantó sus hombros y volvió a arrastrarlo esta vez junto a más gente mientras se dejaba ver por su hermano cómo cogía una billetera de un bolso y sacaba un poco de dinero, acto seguido lo metía en sus bolsillos y le señalaba a otro hombre despistado que jugaba con un cubo de Rubik, Tony sin entender mucho se acercó e imitó lo hecho por su hermano, nadie lo vió, ni sintió, ni oyó  un murmullo de aquel pequeño hurto, el único espectador había sido su castaño mellizo, que como si una rutina fuese, se lo volvió a llevar lejos del lugar, esta vez para volver a casa.

Talvez cuando volvió a hablar con su madre no debió haberle dicho lo que había hecho, porque esa fue la primera vez que la mujer de finas facciones arrugó su rostro con molestia antes de golpearle con una regla en ambas manos, pidiéndole que no volviera a hacer algo como lo que había hecho, pero...como puedes aprender una lección cuando al día siguiente observas a tu mismo padre hacer lo mismo que tu hermano sin motivo alguno.

🇮🇹 Toni ª Marbella 🇪🇸 (Tonibowl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora