Prólogo

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Caminaba relajadamente siguiendo el sonido de agua moverse, pensando en porque había venido a este campamento. Al alzar la vista vi un hermoso lago de aguas cristalinas que me decían a gritos que me metiese en ellas, ignorando la tentación me senté en una roca que yacía justo en frente del hermoso lago.

Pasaron minutos o horas hasta que sentí un leve empujón, que en su momento pensé que había sido cosa de mi imaginación, hasta que sentí un fuerte estirón así sumergiéndome en el lago lo último que vi fue un cártel que prohibía la entrada al lago, peligro de muerte, después ya solo vi negro.

La legítima heredera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora