Noalyn
Desperté con un dolor insoportable de cabeza, sin abrir los ojos estiré mi brazo derecho buscando mi celular entre las sabanas.
En vez de sentir un colchón vacío, mi mano se posó en un cuerpo cálido. Abrí los ojos de golpe volteando hacia mi brazo, para llevarme la sorpresa que en vez de un aparato o una cama vacía, se encontraba un torso fornido y suave perteneciente al desconocido de la noche anterior.
Dé repente comenzaron a llegar a mí todas las imágenes de lo que pasó ayer, dándome cuenta que al final, si fue una noche loca. Sonriendo como estúpida me reí un poco y retiré mi brazo para estirarme y lentamente salir de la cama.
A como era de esperarse, lo único que quedaba como prenda en mi cuerpo era mis pantys negras, miré alrededor del lugar y admiré lo grande que era la habitación. Con paredes pintadas de color azul marino, cortinas pesadas color marrón, muebles de color madera obscura, estantes con distintos libros y sorprendentemente lo único desacomodado era la ropa de anoche que se esparcía por todo el suelo.
Recolecté toda mi ropa que estaba a la vista y comencé a vestirme. Al momento de colocarme la blusa de anoche, me di cuenta que me hacía falta mi bralette color nude favorito, me propuse buscarlo pero por mientras me coloqué todo lo demás. Tenía que salir de ahí, ya.
Mientras buscaba por el lado izquierdo de la cama, el individuo comenzó a moverse, lo cual no era buena señal. Al ser alguien que valora la privacidad, tengo dos reglas de oro que nunca rompo: Cada que tenga una aventura de una sola noche, tengo que salir del lugar antes de que despierte quienquiera que sea y que los encuentros jamás serán en mi espacio. Por lo tanto mandé al diablo mi bralette, tomé mi chaqueta y mis botas en camino a la puerta. Me paré con la manija en la mano y voltee una vez más a la figura que dormía pacíficamente en su cama.
—Gracias—susurré y salí de la habitación. Que buena celebración de llegada.
No me esperaba que el corredor fuera tan amplio, ni mucho menos que en las paredes se encontraran tantas fotos familiares, admiré los rostros felices de una familia unida, bah, una foto en particular llamó mi atención, me acerqué a ella para admirarla mejor. En la parte inferior derecha se encontraba escrito el año 1999 y la fotografía estaba compuesta por tres figuras de hombre dando la espalda, abrazados mirando a lo que parecía un establecimiento de madera, uno de ellos parecía extrañamente familiar...
Me percaté que estaba perdiendo el tiempo, así que me dí la vuelta y comencé a caminar lentamente de puntillas tratando de no hacer mucho ruido, me paré frente a las escaleras del 1er piso y saqué mi celular del bolsillo de mi chaqueta revisando que todo estuviera en su lugar y que no haya olvidado nada más.
Tarjeta, llave y lipstick. ✔
Me percaté que habia dos lados de la escalera formando una media luna, en la conexión de las dos escaleras para llegar a la primera planta, se encontraba en el techo un candelabro gigante que brillaba con la luz que se colaba de los ventanales. Bajé con cuidado hasta llegar a la puerta. Salí sin hacer mucho ruido y bajé los escalones de la casa.
Más bien, mansión, estaba impresionada de que tan grande estaba que parecía un castillo. Al parecer, el lugar en donde estuve era apenas una pequeña parte de esta. Me coloqué las botas para darme la vuelta y mirar la casa en todo su esplendor. Anonadada caminando lentamente de espaldas me topé con una superficie dura. Voltee y me encontré con un Ferrari F8 Tributo 2020, un carro exquisito, lo acaricié añorando a mi propio auto que había dejado en Italia.
En el reflejo del cristal me observé, estaba hecha un desastre. Con residuos de labial debajo de la boca, el rímel corrido y el cabello por todos lados. Me agarre una cola de caballo y emprendí mi camino fuera de la propiedad. Rodee la fuente que se encontraba en el centro del patio y me dirigí a una salida estrecha rodeada de arboles.
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Decisiones
Teen Fictiondecisión f. Determinación, resolución que se toma o se da en una cosa dudosa.