Antítesis

Capítulo 9: Conocimiento

Cuando Harry se despierta, descubre una familia descubre una familia ydesata su ira contra un hombre con cara de rata.

Harry se despertó con un chillido agudo y brazos apretados alrededor de su garganta; se removió, levantando las manos para hacer palanca en las huesudas muñecas que le aplastaban el cuello.

–¡Oh, me encanta! ¡Es adorable! – era una voz femenina con un emocionado tono agudo. Harry fue apretado, girado y jalado de un lado al otro en una extraña parodia de un abrazo.

–No es un cachorrito– gruñó alguien fuera del campo de visión de Harry, tnía la voz más gruesa, definitivamente un hombre.

De inmediato las manos lo soltaron y Harry cayó al suelo de madera bajo él, tosió ruidosamente y levantó sus manos para frotar su garganta magullada y dolorida.

Dos manos de aspecto delicado con uñas negras aparecieron a la vista, descansando a un pie de distancia, Harry podía verlas aún con los ojos ocultos tras su melena.

–¿Hola? – sonó la voz de la mujer, ella se dejó caer, bajando hasta que su cara maniaca apareció en su visión, sus ojos conectando con los de Harry –¡Hola!

Harry se apresuró a retroceder; la mujer se arrodilló ante él y soltó una carcajada ante su reacción, sus ojos regresaron a él de inmediato, divertidos ante su miedo instintivo.

Era alta y delgada, con el pelo negro, largo, grueso y salvaje, haciendo un fuerte contraste con su rostro pálido; sus mejillas y mandíbula estaban esculpidas en una belleza aristocrática que a Harry se le hizo familiar; tenía ojos oscuros obscuros y parpados pesados que, Harry pensaba, la hacían parecer que estaba menospreciando algo.

–¿Quién—? – habló Harry con la voz ronca.

La boca de la mujer se frunció preocupada y con una velocidad abrumadora sacó su varita de una funda oculta y la clavó en dirección a Harry –¡Episkey!

Se sentía como si su cuello y garganta estuvieran llenos de algodón, Harry tosió intentando desalojar la sensación de asfixia

De un momento al otro desapareció.

–¿Mejor?– arrulló la mujer, agitando sus largas pestañas y guardando su varitaen su manga. Ella sonrió volviéndose a mirar a los dos hombres que estaban de pie junto a la puerta, Harry los reconoció del orfanato.

El de la izquierda, de los dos el más bajo y lleno, tenía el pelo largo y la barba bien cortada, su cara cuadrada fruncía el ceño mientras miraba a Harry con cautela, sus ojos brillaban maliciosamente e hicieron a Harry sentirse incomodo, aunque no estaba haciendo nada. Metió la mano en su abrigo y con mucho cuidado sacó una cuerda larga y oscura...

–Lutain– espetó Harry, casi arremetiendo por la familiar figura inerte y solo dudando cuando notó a la mujer mirándolo con curiosidad.

–¿Es esa la serpiente astuta? – le preguntó al hombre con voz infantil, parpadeando y observando las brillantes escamas oscuras de Lutain.

–Déjalo ir– dijo Harry en voz baja mientras consideraba cuidadosamente cuán difícil sería incendiar la habitación a su alrededor.

–Ten cuidado–advirtió el hombre, dejando a la serpiente en el suelo. Lutain estaba terriblemente inmóvil y, por un momento, Harry se acordó de la mamá serpiente y lo que David había hecho.

–Es peligrosa, mató a un niño casi tan rápido como la del señor– agregó su compañero, era el más alto de ambos y muy delgado, tenía un parecido familiar obvio con su pareja, los mismos ojos oscuros, sin embargo, mantenía su pelo más corto y estaba afeitado.