Fangirl [Adrien Agreste/Chat Noir & Tú]

Capítulo 8

.El Chat blog.

Ya iba abordo en el tren devuelta a Burdeos, está semana se me había pasado de lo más rápido, quería volver pero ya eso lo vería después.

Llevaba en mis piernas una cajita con diferentes dulces de la panadería que Marinette me había dado antes de irme, ella sabía que yo era muy glotona.

Ya me faltaba poco para llegar a casa, agarre una galleta de la caja y me la comí mientras veía por la ventana.

Le había escrito a mis padres desde antes de irme que estaba bien para que no sospecharan nada.

Cuando el tren empezó a parar logré ver a Markson en la parada esperándome, yo trate de no mirarlo, estaba muy enojada con el ¿Cómo se atrevía a subir el vídeo que grabe a la página y sin si quiera pedirme permiso?

Descendí junto con las demás personas del tren, Markson me esperaba con los brazos abiertos.

- ¡Mi Cofi! - me llamo con ese apodo que tenía con mi apellido y que sonaba como café en inglés, yo gire los ojos y seguí de largo, el borro la sonrisa que tenía y me siguió- ¿Qué sucede?

Yo seguía ignorandolo, nos subimos en su auto y el me vio confuso.

- ¿Me vas a decir que te pasa?

- Esto es lo que pasa.- tome mi teléfono y le mostré la página con el vídeo que ya tenía muchas vistas y comentarios, el se rió y cuando vio que le dedique una mirada de pocos amigos carraspeó.

- Si, no sé que pasó con eso...- luego encendió el auto y empezó a manejar, yo lo miré perpleja.

- ¿En serio Markson?

- _____ es un buen video, demasiado bueno diría yo, la gente merecía verlo.

- ¡No! Te equivocas, la gente no tenía porque ver nada. - fruncí el ceño y mire hacía la ventana.

- Pero mira el lado bueno, tiene muchas visitas.

- ¡Que me importan a mi las visitas! No debiste subir ese vídeo y menos sin decirme.

- Lo siento _____...- dijo mirando al frente, pude notar en su voz un poco de tristeza pero sabía que no se arrepentía del todo.

Guardamos silencio hasta llegar a la casa.

Cuando llegamos la señora Mildred estaba en la sala, Markson y yo llevamos cada uno una maleta pequeña de las que me había llevado, las pusimos en la entrada y nos fuimos a la sala junto con ella.

- Hola Señora Mildred.- dije dándole un abrazo.

- Aquí está mi querida aventurera, así que te fuiste a París tu solita. - me dedico una sonrisa pícara y yo me sonroje.

- Si, señora Mildred lo lamento mucho, por favor, no le diga a mis padres.

- Calma querida- hizo un ademán quitándole importancia- no diré nada, es más ¿De que estábamos hablando? - yo me rei junto con ella, me sorprendió mucho que la señora Mildred me dijera eso, siempre pense que estaba de lado de mis padres y que si hacía algo así no me lo perdonaría.- En mis tiempos yo también hice algo parecido, era una chica rebelde.

Me costaba imaginarme a la tranquila señora Mildred como una chica rebelde, me rei ante lo dicho, al parecer tenía mucho que conocer de ella aún.

Luego de contarle un poco como me fue en París, Markson y yo subimos a la habitación.

Puse las maletas en la cama y empecé a desempacar.

Markson se sentó en mi cama y puso su laptop en su regazo.