Capitulo 8.

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Había pasado una semana desde mi transformación, con la ayuda de mi nana y un poco de la de William pude aprender a saciar mi sed de una manera buena sin dañar a mi hermana. Hablando de ella había tenido pesadillas muy seguido por lo cual dormía conmigo, algunas veces me costaba estar tranquila teniéndola abrazada a mi pero daba igual, jamás le haría daño. Respecto a mi mama y mi hermano se habían ido desde hace unos 3 días, ellos volvían a casa dejándome aquí sola con William o como yo lo llamaba ogro, nana me había advertido que si él me escuchaba llamándolo por ese apodo me haría muy mal, llevaba diciéndome eso desde que llegue aquí, que lo hacía tan peligroso? Al menos a mi no me causaba miedo, y bueno retomando el tema de William no había sabido nada, no había estado aquí en toda la semana, según Michelle estaba arreglando unos asuntos ''muy importantes'' fuera del castillo, y para terminar mi mal tiempo tenía prohibido salir del castillo, fantástico verdad. Noten el sarcasmo.

Una tarde calurosa y aburrida (como todas) moría de hambre así que decidí bajar a la cocina a preparar unos pasteles agradecía plenamente a mama por haberme enseñado a cocinar de una manera tan genial, Cielo me ayudaría o más bien me haría compañía ya que era muy pequeña para cocinar.

-Bien Cielo, de que quieres que sea el pastel?

-De chocolate.-grito mi pequeña hermanita emocionada.

-De acuerdo.

- Que tenga  cerezas y fresas y muchas frutas mas.-dijo moviéndose de un lado a otro inquietamente.

-No sé si pueda darme la libertad de tomar tantas cosas pequeña, aquí no es como en casa, esta no es mi casa.-Note como la cara de felicidad de Cielo se iba tiñendo de decepción y tristeza.

-Está bien.-dijo con voz quebrada.

-Hey no llores princesa.

-Es que yo quería que tuviera frutitas.

En ese momento entro William a la cocina, hace una semana que no lo veía y su hermosa belleza fue un deleite para mi vista, al percatarme que el se había dado cuenta de que lo veía baje mi vista ruborizada y apenada, seguramente parecía un tomate.

-Estas bien hermanita?, te pusiste muy rojita.-Pregunto Cielo inocentemente, por su parte William se carcajeaba de que mi propia hermana me hubiera delatado, estaba 100% avergonzada.

-Es...es que hace un poco de calor, abriré las ventanas.-no puede haber dicho algo mas estúpido, me regañe mentalmente por eso.

-De todos modos, yo quiero frutitas en el pastel.-dijo de nuevo en modo de berrinche Cielo.

-Y porque no tomas las frutas del refrigerador Cielo?.-pregunto esta vez William, porque con mi hermana si era bueno y conmigo, bueno conmigo no hablaba.

-Es que Emma no quiso.

-Así Emma, porque no?.-dijo mirándome ¿enojado?

-Porque esta no es mi casa y no puedo tomar lo que se me pegue la gana sin consultar y como mi nana no está.

-Está ahora es tu casa y la de tu hermana y pueden tomar lo que quieran no necesitan consultar a nadie, lo que no entiendo es porque no le dijeron a alguna de las cocineras que les hiciera el pastel?

-Es porque mi hermana.-dijo Cielo señalándome.-cocina muy rico, más que cualquier persona de todo el mundo.

-Así?.-dijo William en tono de burla.

-Sí, ella siempre ayudaba a mi mama a cocinar y siempre me hacia postres de todo tipo todos los días desde que tenía tres años, sus postres son lo único que recuerdo de mi infancia.

Thousand Demons.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora