Prólogo e inicio

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Hola, soy Antonio, o lo era, ahora me conocen como Rebeca, no se cómo es que llegó a pasar sin que yo me diera cuenta pero realmente parece que siempre fui una chica, extraño ser el de antes pero tampoco odio la vida que llevo.
Soy estudiante de preparatoria y trabajo por las tardes en una cafetería que es de mi mamá.
Vivo solo con mi mamá, papá nos dejó hace algunos años porque se fue con otra mujer, pero mi mamá y yo supimos sobreponernos.
En cuanto a amigos, no soy muy popular, siempre he Sido una persona tímida, sin embargo tengo una mejor amiga, se llama Mariana, empezamos a hablar cuando mi transformación a chica estaba en proceso, a mis amigos que tenía antes no les hable de nuevo porque no pude, me daba mucha vergüenza, y aunque nunca se darían cuenta que era Antonio, no les volví a hablar, y bueno les contaré cómo pasó esto.

Yo era un chico que no sobresalía en calificaciones en la escuela, ni hacía deportes, como les dije solo trabajaba en el negocio familiar, era una cafetería en la que trabajaba mi mamá, otras 2 empleadas y yo al salir de la escuela, aunque un día a la semana ambas teníamos descanso.

Mi mamá y yo solo trabajamos en preparar desayunos o comidas, y las otras empleadas eran meseras, mamá trabaja por las mañanas y en las tardes yo, así que nos veíamos poco, porque además nuestros días de descanso no coincidían.

Un día al salir de la escuela, iba para la cafeteria cuando ví que venía corriendo un hombre y una mujer, ella traía algo en la mano pero no alcanze a ver qué era, el hombre me empujó y la mujer pidió perdón y me levanto  rápidamente, yo no supe que estaba pasando o que habían echo, hasta que ví a un policía segundos después, al parecer iba tras ellos.

Al llegar a la cafeteria mamá me preguntó que qué tal mi día en la escuela, yo le dije que bien, pero no le conté lo que había pasado, me dió algunas indicaciones y se fue para la casa, la cafeteria estaba a mitad de camino entre mi casa y la escuela.

Paso un día como cualquier otro y en la noche vino mi mamá para cerrar y ayudar a contar el dinero de hoy, nos fuimos para la casa los dos y al llegar cenamos, luego nos fuimos a dormir.

Al día siguiente, nos levantamos y salimos de la casa juntos como siempre, solo que mi mamá llegaba a la cafeteria y yo me iba a la escuela.

En la escuela había un chico que me molestaba, y yo nunca hacía nada para defenderme, aunque ese día fue diferente, llegue al salón y ahí estaba esperándome, empezó a decirme cosas y luego me quito mi mochila y empezó a sacar todo lo que había dentro, y quién sabe cómo pero de mi mochila cayó un vestido, en ese momento yo me quedé paralizado, no se cómo había llegado eso ahí, fue cuando me acordé de lo de ayer, tal vez lo que la chica llevaba en la mano era ese vestido, y al levantarme lo metió en mi mochila, era los más lógico pues no había tenido contacto con alguien más, sin embargo las burlas de Juan -así se llama el que me molesta- no se hicieron esperar.

(J es Juan)

J: Uy aparte de imbécil marica, jajaja esto si que no me lo esperaba.

Todo el salón estaba callado, creo que igual de sorprendidos que yo.
No soporte que me dijera eso y le solté un puñetazo, era la primera vez que alguien golpeaba a Juan, es un tipo grande y engreído, y al golpearlo se enojo mucho y se vino contra mi, me dió un empujón y caí al suelo, me estaba pateando cuando llegó el maestro, como Juan estaba sangrando de la nariz nos mandó a los dos a la dirección.

Recogí todas mis cosas, y Juan me dijo otra cosa.

J: No se te olvide tu vestido marica.

Llegamos a dirección y explicamos lo que había pasado, obviamente Juan no iba a contar las cosas como eran, llamaron a nuestras mamás y al llegar también les explicaron lo que había pasado, el director nos iba a suspender a los dos, pero como algunos chicos del salón contaron que no fui yo quien empeze, solo me dieron un día de suspensión, a Juan una semana.

Nos fuimos a casa para que mi mamá hablara conmigo.

(Mamá es S, se llama Sonia)
(A es Antonio)

S: Oye hijo, y ese vestido.
A: Yo no lo sé mamá, estaba en mi mochila cuando el tiro mis cosas, tal vez Juan fue.
S: Pero si el lo hubiera puesto te hubieras dado cuenta, no solo tu, sino todos.
A: Pues no tengo ni idea.
S: ¿Es tuyo?
A: ¿Que? Eso no es mío, yo para que lo quedria.
S: Hijo, sabes que puedes contarme lo que sea.
A: Pero mamá, si eso es un vestido, yo nunca usaría eso.
S: Mira, se que tal vez no nos hemos visto mucho pero soy tu mamá, no tienes que ocultarme nada.
A: Pero ya te lo dije, eso no es mío,  sabes que, ayer unos ladrones lo metieron en mi mochila.
S: Hijo, si es tuyo no tienes que mentirme.
A: Mamá es enserio, yo no usaría eso, ayer cuando salí de la escuela un hombre y una mujer iba corriendo, el hombre me empujó y al levantarme la mujer de seguro me metió el vestido.
S: Y porque no me lo dijiste ayer.
A: Porque no sabía que iba a pasar esto.
S: No lo sé, tenías que habermelo dicho.
A: Lo se, es solo que no le di mucha importancia.
S: Bueno, entonces si eso es lo que pasó supongo que no hay nada más que decir, traeré un poco de crema para darte un masaje, ese niño te dejo muchos moretones.

Pude notar que mi mamá no estaba muy convencida, yo le hable algo nervioso y tal vez por eso no me creyó.

Mis amigos me preguntaron por mensajes que que había pasado, yo les conté la verdad y dijeron que me creían aunque no sabía si lo decían de verdad.

Ese día no fui a la cafeteria a trabajar, me la pasé en casa recostado, llegó la noche y paso lo mismo de siempre, le ayude a mi mamá con el dinero, cenamos y hablamos un poco.

Al día siguiente era mi día de suspensión, así que tendría la mañana libre mientras mamá trabajaba, mi mamá se fue y yo me quedé, voltee a ver mi mochila y recordé que ahí seguía el vestido, de un momento a otro me llegó la curiosidad de probarlo, estaba solo, supongo que no pasaría nada, así que me lo puse.

De pantalones a faldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora