Los Vecinos. (SuperBat y Stony [+18])

Capítulo Único.

Idea proveniente de un post de un grupo Stony.

Advertencias:

•Situaciones explícitas.
•Relaciones poliamorisas?
•Probablemente lenguaje obsceno.

Bueno, espero que les guste.

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Steve regresó al comedor con el postre, hacer pasteles era su fuerte.

Pero estaba molesto, siempre era la misma jodida situación con Stark, la maldita tendencia de coquetear que tenía iba a acabar con su ya muy desgastada paciencia algún día. Apretó la charola que llevaba entre sus manos y sonrió a su esposo y a sus invitados como si no quisiera arrastrar a Tony, llevárselo a la maldita habitación y mostrarle que nadie más que él mismo podría follarselo.
Quería repetirle a punta de folladas que no podía coquetear con nadie más.

Era celoso, lo sabía, pero no podía cambiar eso, lo suyo era suyo y jamás compartía.
O eso creía.

—¿Hace cuanto se casaron? —preguntó el más sonriente, Clark Kent.
Parecía un hombre amable y un poco más risueño que su pareja quien parecía pertenecer, de manera extraña, a lo oscuro, Bruce solo miraba a los Rogers Stark con cuidado, analizándolos.

Tony sonrió cuando recordó eso: su boda, a decir verdad recordaba de muy buena manera el día de su matrimonio a pesar de no querer contraerlo, nunca pensó que casarse con un viejo no iba a ser tan malo, además lo follaba bien; tal y como a Stark le gustaba y le daba mucho amor, que aunque Tony no quisiera decir, necesitaba.

—Hace tres años. —dijeron los Rogers Stark al mismo tiempo, como si lo hubieran ensayado previamente.

—Se ve que son una pareja muy unida —habló Bruce con el mismo rostro serio pero no amenazante.

Steve comenzaba a arrepentirse de invitar a los nuevos vecinos. No parecían normales y le intrigaban.
Mientras que éstos parecían cómodos, un poco lúgubres, pero cómodos.

—¿Y ustedes cuantos años llevan casados? —soltó Steve, como queriendo acabar con aquella tensión que de la nada se había creado en el ambiente de los cuatro sensuales hombres.

—Diez meses, hemos decidido al fin tener una vida normal, ustedes saben... casa, esposo y todo eso —Clark bebió de su taza de té. Y Tony asintió ellos lo comprendían mejor que nadie, una vida normal parecía atractivo siempre.

Steve, después de servir el postre, tomó asiento al lado de su esposo y le tomó la mano como anunciandole a los otros hombres: este hombre es un maldito, pero es mi maldito, así que ni se acerquen a él.
Quizá solo estaba siendo un poco paranoico, pensaba, los otros estaban casados, no estaban buscando coquetear o algo asi, ¿no?

Tony miró ambas manos, sonrió como el auténtico malnacido que era y tomó la mandíbula de Steve para besarlo con osadía frente a la pareja de invitados, y no fue un beso tierno y seco, fue uno caliente y mojado, una lucha de lenguas y mordidas de labios excepcional que Steve no pudo detener, pensó en las visitas, era una falta total de respeto, pero quería demostrarles que ese hombre era solo suyo, ese enano precioso era solo suyo, por eso le siguió el juego al castaño, portarse mal de vez en cuando lo excitaba y eso le gustaba a Tony.

Para mala suerte del rubio ese momento solo estaba causando una excitación de parte de la otra pareja quienes expectantes observaban y se mordían los labios, como queriendo besarlos también.