No me quites tu mirada

Capítulo 6

Separamos nuestras manos y yo lo analicé por unos segundos, cerciorándome de que no fuese demasiado tiempo y así no notara que prácticamente lo estaba escaneando con la mirada.

¿Estoy alucinando? ¿Es él?

Claro que debe serlo, es la primera y única persona que he visto con aquellos ojos desde la vez en el subterráneo.

Tanto tiempo buscándolo y ahora que estoy literalmente cara a cara con él no tengo ni idea que decir—bueno, de todos modos no es como si lo viera y fuera a decir "Hey, sabes qué, tengo una extraña condición desde que nací la cual me hace ver colores que representan las emociones de las personas en sus ojos y de casualidad tú eres el único que he conocido en 17 años al cual no puedo leer y eso en cierto modo me frustra, ¿Quién eres?".

En cierto modo, es lo que debería decirle pero no quiero espantarlo, tal vez cuando lo vi por primera vez fue una confusión y luego de obsesionarme con encontrar algo que no existe estoy alucinando, mi mente trata de hallarle sentido y solo estoy viendo a un chico nada que ver con ojos cafés, que en realidad es totalmente normal. 

Rayos, ¿Por qué tengo que rebuscar todo? Me he creado una historia completa en la cabeza en un par de segundos cuando aún ni siquiera sé los hechos. Necesito la verdad absoluta. Debo averiguarla, y empezaré diciendo...

—Un gusto, Jake—le regalé una amable sonrisa tratando de disimular el caos que llevaba en mi interior. 

—Igualmente Nora—mi corazón dio un brinco al escuchar mi nombre saliendo de su boca. Digo, es como conocer a un famoso. Un famoso que sólo yo conozco, y en realidad es alguien común y corriente por lo que puedo ver. Jake levantó los pañuelos empapados en jugo de naranja y los dejó sobre la bandeja. Acabo de percatarme del ridículo que hice frente a alguien que no conozco.

—Qué vergüenza...—murmuré a mí misma. Recogí la manzana y los cubiertos que habían caído al suelo. Me pongo de pie y él también, sacudiendo sus manos.

—No te preocupes, a cualquiera le puede pasar—habló, levantando ambas cejas. Me había escuchado.

—Lo sé, pero estas cosas no me suelen pasar—ahora que lo pienso, suelo tener el control de todo. Más bien, solía tenerlo, por supuesto todo cambió desde que apareció él.

—Es cierto—habló Kara entre risitas—amaneciste con dedos de gelatina.

—Oh, cállate—rodé los ojos y reí también. Mientras reía, accidentalmente miré a Jake y cruzamos miradas. Me miró fijamente a los ojos y por alguna razón me sentí indefensa. Quité rápido mi mirada y la dirigí hacia la bandeja con los pañuelos y lo demás que se había caído y no pudo salvarse sobre ella—. Iré a dejar esto a la basura—la agarré y volteé rápido pero enseguida escuché su voz masculina.

—Te acompaño.

Paré en seco y me volteé.

—¿Al basurero? bueno, no creo que sea un viaje muy interesante.

—Lo sé—mostró sus dientes al reír, tenía una sonrisa hermosa—, es que también quiero que me guíes al baño para enjuagarme, aún me pierdo. Ya sabes, escuela nueva.

—Sabía que eras nuevo—expresó Kara—. Bueno, ustedes vayan, yo me quedaré cuidando la mesa y esa bolsa de papas fritas—miró las papas casi con amor—. Jake, guárdate la historia del porqué te cambiaste cuando lleguen, yo también quiero saber.

—No es la gran historia de todos modos—dijo nervioso.

—Aún así—interrumpí. Él se giró hacia mí y volvió a mirarme a los ojos. Debo actuar normal, no quites tu mirada, Nora—, quisiera...—aclaré mi garganta—, quisiéramos saber más de ti—una sonrisa casi imperceptible apareció en sus labios.