Beloved Conrad || Larry Stylinson [Pausado]

Capítulo 2. It's early in the morning.

Capítulo 2. It's early in the morning.
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—¡Louis, idiota, es nuevo! Cuidado y le hagas un rayón, ¡no sales vivo! —dijo Frances antes de que Louis huyera de ahí entre risas.

El mencionado se fue con el auto a una tienda, y no directamente al estacionamiento de la academia como había dicho antes. Compró 4 cajetillas de cigarrillos, siendo solo una de mentolados, y también una bebida energizante, pues en esos días no había podido dormir. ¿Emoción por volver a clases? Nada de eso, sería todo excepto emoción.

Se recargó de la puerta del convertible y tomó su bebida mientras pensaba en una excelente excusa para no hacer lo que Simon le pedía sin que este terminara dándole una charla motivacional de dos horas. Cuando se rindió y la lata quedó vacía, volvió al asiento del piloto, para ir de regreso a la escuela, a hacer finalmente lo que había prometido.

Puso un poco de música, la radio porque Frances no cargaba con ella ningún CD -ella conecta siempre su celular por Bluetooth, nada de cables USB o cosas que crea que son anticuadas, como los CDs-. Encendió un cigarro para el camino, y tras cada calada, se iba relajando un poco. Subió el volumen cuando reconoció una canción, y la tarareaba cuando sus pulmones retenían el humo del tabaco, el cual soltaba hacia un lado. El cigarro se había consumido, dejando solo la colilla, la cual dejó en un cenicero que llevaba el auto.

Frances era la de los mentolados. Y fumaba bastante, ambos lo hacían.

Decidió cantar un poco, y luego de carraspear para aclarar su garganta, comenzó—: I would love to have another drink of coffee, now...

And please, darling, help me smoke this one more cigarette, now

I don't want no cream and sugar

'Cause I've got you, now darling
But just let me enjoy

Help me to enjoy

Si, esa canción se la cantaré a quien se case conmigo, pensó el castaño, quien en realidad no veía su futuro al lado de alguien, no teniendo a quienes tiene como tío y padre. No veía nada en su futuro que no tuviera que ver con su carrera musical, además de que todas las reglas que imponía pertenecer a la industria le quitaban las ganas de hacer muchísimas cosas.

Llegó al estacionamiento. Sacudió el asiento del copiloto que tenía las marcas de sus zapatos de cuando subió por primera vez, apagó la radio y salió del auto con las llaves, las cajetillas y la lata vacía -que tiró en el contenedor correspondiente-. La brisa de unos momentos atrás lo había despeinado, por lo que tuvo que volver a su departamento, pero un par de edificios antes, fue detenido por una chica, su lobita.

Ella habló—: ¿Me vas a decir porque te arreglaste?

—¿No puedo hacerlo?

—No eres exactamente el chico que usa abrigos de ese estilo o tirantes.

—No, pero sí los uso, a veces.

—A veces, cuando haces cosas que no quieres hacer.

—¿Como una sesión fotográfica para la academia?

—Ajá. Como una sesión para la academia. Que hijo de puta es Simon, necesitas dormir un poco porque mañana empiezan clases y ni así te deja. ¿Cuántos días llevas con él?