Capitulo 10.

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Uno... Dos... Tres... Cuatro...

Las manecillas del reloj se movieron y el tiempo regresaba a caminar.

-Escuchame.-
Se mantuvieron aquellas palabras en el aire. Cómo fantasmas, flotando sobre la habitación. YoonGi dió el cuarto pasó pero no fue suficiente.
Una ráfaga de viento gélido soplo dentro de la habitación como augurio tal vez de los labios amoratados de Namjoon, que comenzaban a temblar tan despacio que apenas era perceptibles.

-Escuchame- nuevamente salieron esas palabras de su boca, más débiles y rotas. Namjoon intento caminar pero le fue interrumpido.

YoonGi tembló también, pero no por la frialdad del aire, contemplando fijamente al sanador logro darse cuenta. Una enorme mancha roja comenzaba a aparecer sobre la tela de su camisa. Grande, de un rojo carmesí que brillaba con solo que la luz brillara sobre ella.

-Namjoon detente- dijo YoonGi. - No camines estás...

Incluso antes de que pudiera terminar la oración y acercarse para ayudarle, Namjoon cayó al suelo. Primero fueron sus rodillas las que aterrizaron con fuerza, seguido de su regazo y su cabeza. Al caer un sonido hueco se abrió paso dentro de la habitación. La mejilla del moreno quedó pegada al suelo, con las heridas resplandeciendo entre el puente de su nariz y la comisura de su labio. YoonGi de inmediato quedó hincado, al lado del cuerpo de su amigo, movió un poco su camisa y observo que había una herida también sobre su espalda. La sangre escurría y no paraba de salir.

-¡¿Namjoon?! ¡Nam!- llamo YoonGi pero no hubo respuesta-

No había ninguna, los labios ahora morados de su amigo estaban completamente cerrados, los ojos de Nam comenzaban a llevar ojeras debajo y el aroma a sangre fresca aparecía más fuerte que nunca.

El olfato de YoonGi lo detectaba, sus fosas nasales se inundaban con el y eso solo podía ser algo completamente malo. Se detuvo abruptuamente. Alzó la mirada y logro percatarse de que la puerta de la habitación estaba totalmente cerrada, al igual que la ventana que conectaba a la sala de las enfermeras en terapia intensiva. Eso dejo algo de alivio dentro de su cuerpo.

Nuevamente dirigió su mirada a la espalda de su mejor amigo. No lograba ver la herida completamente, así que tomo el hombro izquierdo y giro el cuerpo de Namjoon hasta dejarlo de espaldas. La mancha de sangre también había quedado marcada sobre el piso blanco. Después vería como limpiarlo. Pero en este momento, buscaba la causa de la hemorragia.

Cuando logró poner a Nam de espalda un chorro de sangre brotó del lado izquierdo de su pecho, y la piel del sanador estaba ardiendo. YoonGi rápidamente se dirigió a los botones de la camisa, los rompió, descubriendo su piel, el pecho estaba empapado con la sangre tibia, tan tibia que ante el tacto de sus manos resultaba más caliente. Y la encontró, una enorme herida sobre el lado izquierdo de su pecho, la piel parecía estar chamuscada, y por dentro desgarrada. Más que miraba, más se daba cuenta que era profunda, colgaban restos de piel sobre la orilla del agujero, y parecía estar desgarrada.

-¿Que fue lo que te pasó Namjoon? -pregunto YoonGi al aire intentando descifrar el origen de aquel desastroso desgarre.

Inmediatamente introdujo tres dedos en la herida, tanteando que tan profundo estaba, sentía la carne, la sangre y, si, un profundo orificio que conectaba con la espalda del moreno. Si no hacía algo rápido esto podría ponerse peor. Pero no tenía idea qué, o quién había echo eso. Miro con más atención, y la piel parecía palpitar, mientras enrojecia, y Namjoon estaba sudando a causa de la fiebre.
YoonGi suspiró, conocía una forma de ayudarlo, sin embargo eso solo les prestaría algo de tiempo. Tal vez el suficiente para esperar. Al igual que estaba en su conocimiento saber que estaban dentro de un hospital, claro. Pero un hospital humano, en dónde harían demasiadas preguntas si pedía ayuda, aunque estaba conciente que los humanos no podrían atender aquella herida por completo.

Paciente 201 \\ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora