YunHo entró como tromba en la oficina de Max. Ya habían pasado tres meses y el cretino no hacía sino darle excusas para no verlo.
No quería hablar por teléfono acerca de su huida a Europa con su hijo, no quería dejar ninguna clase de pista al respecto. Está bien, eso era ser un poco más que paranoico, pero sentía que era mejor asegurarse.
Max estaba haciendo un trabajo increíble a la hora de arreglarlo todo, pero habían ciertos detalles que solo podían hablarse personalmente. Y siempre que le había pedido que se entrevistaran Max se había negado rotundamente.
Podía entender que no quisiera verlo a raíz de la última conversación que tuvieron cara a cara en esta misma oficina, pero no verlo en absoluto hacía que YunHo no se sintiera seguro acerca de la lealtad de su examante y amigo para estos momentos.
Además, estaba harto de toda la parafernalia que había tenido que montar para acercarse a JaeJoong. Había sido un mal necesario para ganarse su total confianza. Ahora YunHo estaba muy seguro de que el enano afeminado se había creído su actuación, porque actuaba como si en verdad tuvieran alguna clase de relación.
Para YunHo era demasiado. A diario rogaba para que este martirio acabara pronto. Sabía que aún faltaban a lo sumo cinco meses más para que pudiera tener a su hijo en brazos e iniciar una nueva vida lejos de toda esta pesadilla. Pero entre más los meses pasaban, más su ser se desfiguraba, hasta el punto de no reconocerse a sí mismo, parecía haberse convertido en la "esposa perfecta" de JaeJoong. Llevándolo y trayéndolo todos los días de su casa al trabajo y viceversa, haciéndole de comer o llevándolo a cenar, ayudándole en todo lo que se le pudiera ofrecer en su casa, incluso en la oficina, ya que se vio a sí mismo procurando que él no exagerara con el trabajo vigilándolo de cerca.
Y lo que era peor, últimamente estaba sonriendo demasiado sin siquiera darse cuenta, a causa de las ocurrencias de JaeJoong. Parecía que además se estaba volviendo un blandengue.
¡Estaba realmente harto de todo eso!
—Buenas tardes, señor Jung, ¿en qué puedo servirle? —La joven secretaría de Max lo recibió.
—Deseo hablar con el abogado Shim.
—No se encuentra señor Jung, se ha tomado una licencia por enfermedad, pero si desea hablar con él está disponible en su celular.
YunHo le dio un puño seco al escritorio de la secretaria de Max, su paciencia pendiendo de un hilo.
—¿Está en su casa?
—No tengo permitido darle esa clase información. Pero si gusta... —respondió la chica de forma un poco temblorosa.
—No gracias, me ocuparé yo mismo de encontrarlo.
Saliendo de la oficina de la misma forma como entró se detuvo en el pasillo frente a la puerta del ascensor, sacó su teléfono celular, marcándole a Max. Al segundo timbrazo contestó:
—Shim.
—¿Dónde carajos estás, Max? Te dije que quería hablar contigo personalmente —YunHo gritó.
—El mundo no gira alrededor tuyo, imbécil. Estoy muy enfermo, así que no me jodas. —Max cortó la llamada.
YunHo se quedó mirando su teléfono, no podía creer que Max le hubiera colgado. El tipo nunca se había comportado de esa forma con él. Siempre actuaba como si cada segundo de su atención valiera oro puro.
Sin quedarle otra alternativa, decidió ir a buscarlo a su casa. Necesitaba saber con urgencia dónde estaban las lealtades del hombre, y si tenía que patearle el culo lo haría.
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YunJae | The Sweetest Nightmare
Fiksi PenggemarFAVOR DE LEER! NO estoy haciendo esta adaptación para crédito o lucro propio y mucho MENOS haciéndome pasar como que esta obra es mía. Por lo tanto: Adaptación sin fines lucros. Los derechos son para el autor original, NO son míos. Esto se hace c...