1. Café amargo

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Alguien habita
Debajo de mi piel
Abre una herida
Va recorriéndome

Yo solo sé
Que empieza y muere
Quiero saber
Por cuánto duele

~Zoe Gotusso. "El cuerpo".

Los días transcurrían lentos para Luka Couffaine, un chico dulce y amable, pero que cargaba algo muy pesado consigo, la armagura de un corazón herido.

Cada día intentaba vivir como antes de conocerla a ella, cuando su mundo era gris y aburrido. Si bien amaba a su preciada hermana y a su excéntrica madre sentía que nada tenía sentido.
La música que hacía vibrar su vida se había esfumado cuando ella se había ido.

Ningún momento de su existencia era igual desde que la chica que había amado tanto lo había dejado. Se sentía muy frustrado como para volver a ser aquel chico tranquilo y relajado que antes solía estar a disposición de quien lo necesitaba.

A veces la veía, ya que era amiga de su hermana e iba a su casa, pero cada vez que debía hacerlo sentía un ligero ardor en su interior. El malestar solía abordarlo cada vez que pensaba en ella o en algo que estuviera relacionado al amor.
Cuando habían terminado pensó que no volvería a amar a nadie tanto como a ella. Que no podría amar genuinamente otra vez.

Las semanas pasaron y seguía sintiéndose igual de miserable, intentaba hacer cosas para distraerse y no extrañarla tanto. Trataba de tocar su guitarra como tantas veces lo había hecho antes, pero nada de lo que escuchaba salir de su instrumento lo dejaba conforme. Tal vez su talento musical se había ido con ella.

En la tercer semana intentando retomar su afición artística empezó a dejarla de lado. Su guitarra eléctrica blanca y negra fue abandonada gradualmente, quedando así sola en un rincón donde comenzó a acumular polvo.

Su hermana se preocupaba por él, a menudo lo invitaba a que saliera con ella para sacarlo de su habitación, pero nada parecía funcionar. La agonía de su dolida alma solo ardía más cuando se encontraba solo en su cuarto pensando. Dándole vueltas a lo último que había sabido de Marinette.

Se dispuso a intentar encontrar un trabajo para poder ocupar en algo su tiempo y tomar distancia de la insistencia de su hermana. Después de todo, ya no podía tocar música.

Luego de recorrer varios lugares buscando trabajo encontró un lindo lugar donde lo aceptaron. Era un trabajo de medio tiempo en una cafetería, era sencilla.
Se encontraba a poca distancia de la Torre Eiffel, la paga no era de lo mejor, pero no le interesaba tanto el dinero. Después de todo solo quería sentirse útil, sentía que se había perdido a sí mismo desde que ya no era capaz de componer melodías con su instrumento.

Cada vez que intentaba tocarla recordaba a Marinette, ella había sido su musa inspiradora desde el primer instante que la había visto. Recordaba todos los momentos en que la había hecho sonreír con su carisma y la belleza de sus notas. Ahora solo estaba él con su guitarra, no había felicidad, no había amor, no había armonía. Solo un chico triste con una guitarra triste.

¿Quién era ahora que la música se había alejado de su vida? No lo sabía, pero intentaría encontrar otra versión de sí mismo que pudiera soportar. Cuando estaba solo en su cuarto sentía que la existencia lo hería, que su ser lo asfixiaba, que su sentir lo torturaba. No soportaba su propio yo.
A su vez notaba que las otras personas parecían no aguantarlo tampoco. O al menos eso era lo que él percibía ¿Era realmente así o solo era su deprimida mente jugándole en contra? Tampoco podía asegurarlo.

Hecho un mar de dudas ingresó en su nuevo lugar de trabajo. Al menos sentirse confundido por aquella nueva experiencia era mejor que concentrarse en lo roto que estaba por dentro.

Nueva canción de amor//Lukloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora