.+.+.Cap.1: ¿Cómo terminé aquí?.+.+.

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*+*.Aclaraciones.*+*

Esto ocurre antes de las muertes de Zixuan, Yanli, y antes que ocurra el primer asedio...

*.*.🐇🐇.*.*

La oscuridad de la noche envolvía con suavidad aquel lugar, aunque parecía que solo el viento lograba visitar con lentitud ese lugar un tanto desolado.

Se había acostumbrado de alguna manera a vivir de esa manera, a lo que no estaba muy familiarizado, era a tener tantas responsabilidades. Nunca había tenido tal responsabilidad, pero no le importaba probar; porque su corazón le dictaba con valentía y justicia por aquellas personas, que aunque eran de la secta que destruyó, su hogar de infancia, los odiados de la secta Wen; ahora estaban acojidos por él, el Patriarca Yiling.

Todo lo que tuvo que pasar no fue nada fácil, ¿perderlo todo o ganarlo todo? No había manera de regresar atrás, no la había; necesitaba vengar a sus seres amados, aunque recurrió a la energía resentida, ¿qué más hacer si después de ser uno de los mejores cultivadores, ahora era alguien normal, sin un núcleo?

¿Quién podría saber cuanto dolió aquello? Dejó todo atrás, una espada que podía desenvainar pero que no podía blandir como solía hacerlo, ¿quién podría saber todo lo que enfrento para poder dominar el cultivo demoniaco? Pero también le debía mucho a cierto hermanos Wen, ya que su deuda por salvar a su hermano menor Jiang Cheng; aunque no eran hermanos de sangre, así fue como se consideraban; incluso ahora estaban practicamente separados. El odio que las demás sectas le tenían era enorme, pero no le importaba; ya su reputación por su cultivo demoniaco, y por el amuleto de Sello de Tigre Estigio; ya los rumores se había exparcido por doquier, era visto de la peor manera posible, pero...

-Maestro Wei...-oía una voz muy suave.

-¿Esta de nuevo aquí?-estaba un poco molesto, ya que trabajaba en un nuevo amuleto.

-¿Qué debemos hacer?-preguntó el General Fantasma, Wen Ning, al ver molesto a su maestro.

-Cuantas veces más tendré que decirle que deje de venir a espiarme, estoy ocupado-se molesto, cuando estaba trabajando en algo, no le gustaba que lo molestaran, así que levantaba la barrera de la cueva para no dejar a nadie entrar.

-Veré que puedo hacer...-se resignó, y se marcho de la cueva, y al salir, la barrera tomó su lugar.

-...-

-¿De nuevo trabajando?-preguntó la Médico, Wen Qing, la que mejor administraba aquel lugar, donde estaban ubicados todos los de la secta Wen, que algún tiempo estuvieron sirviendo a Wen Ning.

-Lo siento...-se disculpo mientras arreglaba un poco su cabello, y cara ya que estaban un poco sucios; sabiendo que a la persona que tenía en frente, no le gustaba la suciedad.

-No hay porque disculparse-negó con la cabeza el Segundo Jade de Gusu, Lan Zhan, viendo con preocupación hacia la cueva donde estaba Wei Ying.

-¡Ah! No hay remedio, cuando se mete ahí, olvida incluso que es humano...-la médico sabía como se ponía el Patriarca del lugar cuando se centraba en sus inventos.

-Perdón, por molestar-se disculpo el Lan, viendo a cierto pequeño colgarse de su pierna con mucha alegría.

-Hermano Rico, ¿te quedaras aquí con nosotros?-preguntaba el pequeñin deseando que el cultivador de la cinta en la frente se quedara.

-No lo molestes, A-Yuan-lo regaño un poco la mujer de carácter fuerte.

-El joven Lan, tiene que regresar a su secta-le dijo Wen Ning tratando de consolarlo.

Ahora sé que te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora