"La Vida De Eider"

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

"POV Eider "

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*Sonido de despertador* 

Abro mis ojos y lo primero que me encuentro es el techo blanco. Como todos los días, recuerdos golpean mi mente y trato de convencerme de que son eso: Recuerdos. 

Me levanto y comienzo a arreglar la cama, primero recojo la sabanas y pongo la almohada encima, para después poner la colcha de color azul. Cuando termino voy directa al baño a hacer mis necesidades. Nada mas entro, miro mi reflejo en el espejo y lo cual veo no solo me disgusta sino hace que algunas lagrimas escapen a mi rostro. 

 Limpio mis lagrimas con mis dedos y cojo mi pequeña bolsa de maquillaje, el poco que e logrado lograr ahorrando de los adicionales  y las propinas, lavo mi cara y comienzo a maquillar mis ojeras. Cuando creo que ya esta listo aplico un poco de rímel y un poco de colorete. 

Salgo del baño dirigiéndome a la pequeña cocina del apartamento.

Pero antes de ir, voy otra vez a la habitación me dirijo a la pequeña cuna de al lado de la cama para a arropar a Aislinn, no se como lo hace siempre pero se destapa ella solita.

Ahora si puedo ir a la cocina a preparar el desayuno, un café para mi y el biberón de mi pequeña.

 Aislinn es mi pequeña hija de 4 meses y como su nombre indica es mi pequeño sueño. ¿Porqué? Ser madre a los 17 años no es algo que le deseo a nadie , ya que e tenido que buscarme la vida sola, porque mi familia me dio la espalda cuando mas la necesitaba. Y lo peor es que yo no me lo busque. 

Cojo una cazuela y comienzo a calentar el agua para el biberón. Voy a la despensa y cuando abro la puerta recuerdo que hoy tengo que ir a hacer la compra si o si, ya que solo quedan un par de sobres de sopa instantánea, un paquete de pasta y galletas. 

Mi salario no llega para mucho entonces siempre intento comprar lo justo para mi y que sobre dinero para pagar la leche de Aislinn, ya que aunque le de el pecho, cuando estoy en el trabajo, la señora Mary, mi jefa, se prestó a cuidarla porque no tenia a nadie con quien dejarla y le da ella el biberón. Pero cuando estamos en casa si que  le doy el pecho, si no tengo que ir a trabajar o hacer algo preciso. 

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Pero mi tranquilidad es interrumpida por el molesto ruido del timbre. Miro el reloj y son las 7:00 am. ¿Quién andará  tocando el timbre a estas horas? Miro mi atuendo: Una camisa tres tallas mas grandes de color negra y un par de calcetines blancos.

Me miro al espejo e intento arreglar un poco mi pelo, ya que no me acorde de peinarlo cuando me levante. 

Quito los cerrojos ( sí, tengo muchos cerrojos por mi seguridad y la de Aislinn ya que vivimos en un barrio, bastante malo)  y abro la puerta. 

Me encuentro a un hombre de unos 26 o 27 años alto, tan alto que me hace ver diminuta a su lado, su pelo es de color rubio y sus ojos son de un color que no puedo apreciar mucho ya que la iluminación del pasillo es escasa pero puedo apreciar que son de un color claro. Va vestido con una camisa blanca arremangada hasta los codos, y unos pantalones de traje negro. Sus ojos me miran intimidantes cuando comienza a hablar.

Al momento me sonrojo, no se porque, pero me sonrojo. 

-Esto... - habla con un bonito acento italiano, pero no logra acabar la frase ya que un llanto de bebe interrumpe sus palabras.- miro la hora y me doy cuenta de que es la hora de la toma de Aislinn. 

-Espere un momento aquí por favor, vuelvo enseguida-digo y voy a mi habitación a coger a mi pequeña en brazos para calmarla. Vuelvo a la puerta y me dirijo al hombre.- Ya me puede decir.-

-Perdone por las horas señorita-dice mirándome, mientras estoy meciendo a la pequeña en mis brazos.- Pero sabe donde se encuentra el apartamento 108?.- pregunta expectante.

-Sí claro, mire - le señalo-  usted gira a la derecha por aquel pasillo y se encontrara con cuatro puertas, creo que es la primera o la segunda, perdone por no saberlo con exactitud .- me mira fijamente como queriendo decir algo mas y vuelvo a sonrojarme otra maldita vez, ¿pero que me pasa? se dispone a irse pero antes de eso se gira. 

-Que tenga unos buenos días Señorita Eider.- la forma en que dice mi nombre hace que sienta un corrientazo de electricidad por todo mi cuerpo una que nunca había sentido antes. Como sabia mi nombre? Entonces caigo en la cuenta de que en el buzón lo ponía. Tonta de mi.

-Muchas gracias señor...- dejo la frase a medias ya que no se su nombre.

-Martellini, Giovanni Martellini.- dice mientras me da una sonrisa ladeada. 

-Adiós, señor Martellini.- digo y cierro la puerta. 

Cierro la puerta y me quedo con un sentimiento que nunca antes había tenido, pero me obligo a dejarlo a un lado ya que ningún hombre se fija en mi por el simple echo de ser madre.

Pongo otra vez los cerrojos y acuesto a Aislinn en la mini-cuna del comedor y me dirijo a preparar el biberón de una vez por todas ya que en una media hora entro a trabajar.

Después de darle el biberón a la pequeña y haberle cambiado el pañal me dirijo a tomar una pequeña ducha. Cuando termino de vestirme con mi uniforme de camarera: una camisa blanca con una chapita de color negra y con una franja azul con mi nombre y una falda hasta las rodillas con un poco de vuelo de color naranja, arreglo mi pelo haciéndome una cola alta. 

Busco la pañalera de Aislinn y comienzo a arreglarla tengo que meter pañales, toallitas húmedas, un chupete de repuesto, unas gasas, los polvos de la leche y mil cosas más. Ya que una nunca sabe que va a necesitar.  

Recojo a Aislinn de la mini-cuna dispuesta a cambiarle la ropa ya que mi pequeña siempre tiene que ir bien vestida aunque no sea ropa de marca cara. 

Cuando termino de vestirla, que tarde como 15 minutos ya que siempre termino haciéndole mil tonterías, cojo a la peque, mi bolso, la pañalera y las llaves de casa, le pego una repasada rápida, al pequeño pero acogedor apartamento, de que todo este bien.

Cierro la puerta y me aseguro de que este bien cerrada, y comienzo bajar las escaleras con Aislinn en mis brazos 

Cuando salgo me encamino a la parada de autobús, aún pensando en el encuentro de esta mañana con el Señor Martellini

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