capituló 2

296 14 0
                                    

Después de viajar a toda velocidad por más de media hora, nos hemos detenido enfrente de lo que supongo es nuestro, es decir, su nuevo departamento. Incluso me da vértigo ver lo alto que es el edificio… debo subir 52 pisos, con Sungmin, bueno con Sungmin… eso si me gusta.

¿Qué tiene pensado hacer Sungmin? no ha hablado nada desde que salimos del salón de eventos. Pero si se ve muy desesperado. Demasiado desesperado, venía manejando como si lo persiguiera un asesino o algo… yo venía tan asustada por su forma desalmada de conducir que no podía decir ni preguntar nada. Pero ahora solo quiero pegarle y exigirle una explicación de por qué ha escogido el pent-house de un edificio de 52 pisos. El sabe mejor que nadie que odio los ascensores… espera… lo sabe por eso lo ha hecho. Lo odio.

Abro la boca con toda la intención de reclamarle a Sungmin, pero antes de que pueda pronunciar palabra, Sungmin me sujeta de la muñeca y sale prácticamente corriendo en dirección a la entrada principal. En medio del camino alza su mano y pulsa uno de los botones de las llaves del auto y escucho su pitido proveniente del auto.

Cuando llegamos adentro me quedo asombrada con tanta elegancia, todo está impecable… y silencioso, también desolado. Solo hay un guarda de seguridad… eso es todo, no hay recepcionista.

Sungmin toca insistentemente el botón del ascensor… tarda unos segundo en abrirse las puertas, pero a juzgar por la cara de Sungmin al él le han parecido años de espera. Me hace entrar de un jalón. Poco mas y hace que me caiga, los zapatos son muy altos. Gracias a Dios el vestido es corto, o si no me habría caído.

Apenas si me doy cuenta de que Sungmin me empotra contra la esquina del ascensor y las puertas del ascensor se cierran… está rodeado de espejos, por completo en los cuatro lados incluyendo las puertas y también la parte de arriba. Por lo que puedo ver claramente nuestra postura y mi cara de sorpresa, la cambio de inmediato cuando me veo, ahora pongo cara seria… pero Sungmin me obliga a bajar la mirada con sus ojos que están llenos de… no lo sé, no estoy segura, pero creo que es deseo, deseo de mi. Oh Dios.

Sungmin:-¿tienes miedo? –pregunta con la voz más intensa y sensual que de costumbre. Hace que mis piernas se debiliten por un momento.

-ya lo sabes. –digo secamente, aunque por dentro estoy que me desvanezco por completo. Ah! Sungmin me vuelve loca.

Sungmin:-entonces… te ayudaré a olvidar en donde estamos ahora mismo. –se aproxima un poco mas y yo bajo mas mi cabeza pero Sungmin me alza la cara con su mano en mi barbilla. –bésame. –ordena, pero no hago nada. Solo me quedo pasmada con la boca un poco abierta. –he dicho que me beses. –insiste, reacciono y dirijo mi mirada a sus labios que quedan un poco más arriba de mis ojos… se ven tan deseables y deliciosos que no dudo en besarle… mantengo el dominio al principio, pero pasados uno segundos, como era de esperarse Sungmin es quien maneja la situación. Nunca me dejará a mí ejercer el poder.

Nos besamos, pero me siento distante, Sungmin no me toca, mantiene sus manos y cuerpo lejos del mío. Quiero que me toque, que sujete mi rostro mientras nos besamos… introduce su lengua en mi boca y ambas lenguas luchan por el mando… vence la de Sungmin.

Nos separamos por un poco de aire y de nuevo nos fundimos en un intenso beso. Todo esto me dice los que estamos por hacer una vez que lleguemos al pent-house y no es desempacar nuestras cosas. Pero me desconcierta que Sungmin no me toque ni pegue su cuerpo al mío. Eso hace que el calor del beso no llegue a su mayor intensidad. Decido ser directa por una vez. Me separo de la boca de Sungmin. Miro el indicador y veo que apenas vamos por el piso 23.

Sungmin:-¿Qué sucede? –busca en mis cara algún indicio de reproche, pero eso no es lo que siento, más bien al contrario, quiero su proximidad. Quiero sentirlo.

casada con sungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora