Capitulo 1: Contraste

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Capitulo 1: Contraste

Con una agitada respiración y sentándose de forma brusca es como Lia despertó en su cama. No el mejor despertar, pero si uno familiar. Otra vez la misma pesadilla, algo cambiada, pero el mismo oscuro lugar seguía siendo un constante. No era siempre que la pelirroja soñaba con ese extraño lugar, pero era un de ves en cuando. Siempre inesperado y siempre dejándola con un agrio sabor en la boca al despertar.

Sus jadeos seguían siendo forzadas y ruidosos, dolorosos de escuchar. Sus ojos todavía muy abiertos y rojos, cansados. Lentamente acerco sus rodillas a su pecho, apoyo su cabeza en ellas y se abrazo alrededor de sus dobladas piernas. El silencio que rondaba su actual habitación no ayudaba, pero claro, nunca estaba completamente silencioso. Al menos no alrededor de su los de su tipo.

-"Si, si, estoy b-bien..."- su voz salió cortada y forzada, necesitada de hidratación. Escucho mas preguntas –"Si, fue sobre el oscuro mar otra vez, pero peor..."- acerco su mano izquierda hacia su pecho con dificultad, debido a lo fuerte que se estaba encogiendo sobre si misma, y agarro su collar exhalando ruidosamente.

Parpadeo un par de veces y decidió que volver a dormir no era una decisión por el momento. En cambio, empezó a mirar la habitación que la rodeaba. No era un mal hotel, pero tampoco era uno de los mejores en los que ha tenido que quedarse. Al menos, la gente que se hospedaba en los cuartos conjuntos eran tranquilos, lo contrario a las almas que rondaban el lugar. Tenían mucho para sacarse de su pecho, tal vez un Soul Whisperer no había pasado en mucho, mucho tiempo, no que eso la sorprendiera.

-"Los moleste?"-Hablo la chica sin levantar la vista, estaba exhausta, mas mental que físicamente.- "P-Perdón. Si, si, ya se que han dicho que me disculpo mucho, pero-"

"Te disculpas mucho querida!" o "No es ningún problema Lia" o "Estas segura de que estas bien?" Solían ser algunas palabras normales después de pesadillas, después de raros ataques de ansiedad o de algún llanto. Lia odia ser inoportuna, poner a alguien incomodo o hacerlo sentir mal. Pero, aunque ella no lo notara, la pelirroja transmitía todo lo contrario a cualquiera que la conociera.

Los Soul Whisperers no necesariamente tenían que ser tan comprensivos y amables como lo era ella. Si era cierto que la mayoría lo eran (o al menos tenían un gramo de decencia), pero no todas las especies sobrenaturales son como sus estereotipos los dictan de ser. Por ejemplo, no todos los Soul Whisperers son amables, ni tampoco todos están destinados a perder la cabeza. Nacer con tanto poder puede afectar a cada persona de manera diferente.

Lia empezó a pasar su pulgar sobre su collar, este brillo un poco. Ella nunca vio su poder como algo malo o como una carga. Desde que su abuela le explico de pequeña lo que era un Soul Whisperer y lo que aquello conformaba, siempre estuvo feliz. Era diferente e interesante, hacia feliz a su curiosa mente. Su abuela se lo había descripto hace muchos años "Es nunca tener que sentirse solo, linda. Siempre hay alguien dispuesto a hablar y nosotras somos buenas escuchando." Su especie tiene un buen oído, a Lia le pareció gracioso.

Unas pequeñas lagrimas salieron de sus ojos, por suerte recordar el pasado la distrajo un poco. Extrañaba a su abuela y mentiría si dijera que no extrañaba a su mama también. Quería ir a visitarlas, pero ya tenia dieciocho y era su momento de irse. Ahí había otra cosa diferente a una vida normal. "Entre las edades de diecisiete y veinticuatro los de nuestra especie dejan su hogar y buscan un lugar nuevo donde asentarse. Un lugar que los atraiga, donde se sientan a gustos y donde las almas los acepten." Estaba muy nostálgica, tal vez el pánico de su pesadilla fue un disparador a pensar en el pasado.

-"Voy a t-tomar un poco de agua..."- no había sabanas que correr de su cuerpo ya que estas estaban hechas un desastre al final de la cama, sus anteriores movimientos frenéticos fueron probablemente la causa. Por otro lado, el sudor si es algo que se encontraba en su cuerpo, su piel pegándose un poco a la cama y su corto pelo pegándose a su frente y nuca.-"ugh..."- con un leve temblor en las piernas se levanto y camino hacia la mini heladera que había en la habitación. Se agacho y entre las pocas cosas que se encontraban vio una botella de con el transparente liquido.

El frio del aparato contrasto con su calurosa piel y ella no podía decidirse si la sensación era refrescante o totalmente desagradable. Pero lo que, si sabia era que la sensación era una inmediata conexión con las manos de su sueño, frías y repulsivas contra su piel. Tal vez desagradable si era la palabra. Sus manos templaron levemente cuando agarro el envase de plástico, aun así, lo llevo a sus labios y tomo, su garganta agradeciéndole.

-"Grite mucho?"- dijo cuando termino de tragar, aun no levantando la mirada. Era raro en ella. Al hablar, Lia siempre miraba a los ojos, mostraba respeto y completa atención. Que ella no lo estuviera haciendo ahora no era señal de no tenerles respeto ni no estar interesada en sus acompañantes, sino era el hecho de que estaba avergonzada.- "¿C-cuando estaba durmiendo, de casualidad grite en voz alta?"- obtuvo respuestas positivas y bajo los hombros. También recibió un par de juguetonas amenazas de que no se disculpara otra vez, heh.

Esta no era la cuidad para ella, eso estaba claro. No es que le fuera horrible o que las almas que estaban con ella fueran irrespetuosas, al contrario. La ciudad estaba, ¿bien? Pero tal vez no era la indicada para ella. Y las almas eran amables, ahí si no tenia una queja.

Tal vez era el hecho de que no sentía ese sentimiento, esa tranquilidad que su abuela y madre había descripto cuando encontraron su lugar. Su abuela lo había explicado como "Fue una llama en mi pecho querida, como una perfecta fogata en invierno. Era reconfortante y cálido. Estas viviendo en mi ciudad Lia y en mis ojos es hermosa."

Y la respuesta de su madre era una que no podía olvidar, pues ella nunca era de hablar sobre estos temas, temas sobrenaturales. "Fue inconsciente, había decidido irme de casa a mis 24 años, no lo había pensado. No estaba siguiendo ninguna regla o tradición, simplemente decidí irme. Instinto, asumo. Solamente vague por mucho lugares, fue así por un tiempo, hasta que...que..." Su madre se había aclarado la garganta en aquel entonces, Lia no había notado hasta que fue un poco mas grande que en ese momento, su madre estaba intentando no romper en llanto. "Hasta que conocí a tu padre, supongo." Lia sonrió.

-"Un lugar nuevo donde asentarse no siempre es suficiente y a veces no es solo una ciudad Lia. A veces una persona también es parte de la ecuación o a veces esa persona es el lugar completo."- si, estaba muy nostálgica.

Dejo la botella en el frio aparato y permitió que el contraste de temperaturas pasara, seguía siendo desagradable y ese agrio sabor seguía en su boca.

-"Estoy bien..."- dio un fuerte respiro, sintió su corazón en sus oídos-





































"Estoy bien."

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora