Habían ciertas chicas, hermanas de estos siete chicos que por una fiesta infantil, se hicieron inseparables. El sueño de Jeon Jungkook era que sus amigos y él fueran alfas, como mínimo betas, no le tocó mucha suerte cuando solo uno de ellos, Jimin...
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Muchas cosas, Jeon, muchísimas cosas podrían salir mal de decirle a la chica con la que quieres algo que besaste a alguien aka "probablemente ninguno se llevaba bien" cuando encima Jimin parecía no habérselo dicho a su novio, empeorando que estaban en una fiesta de adultos. La chica literalmente se rió en su cara, estando demasiado serena para su gusto y comprendiendo el porqué de las cosas, le aligeró que no se mostrara enojada con él pero aún así en los pensamientos de la alfa, recordaba perfectamente la conversación que ella y el omega habían dicho tan solo dos días antes, la carcomió la información y a pesar de no hacer un escándalo con el alfa, decidió que debía hacerlo con otra persona.
—Jimin.— La pelinegra posicionó con fuerza sus manos en la mesa de la manada joven, llamado no solo la atención del nombrado, sino de todos.
—Chaeyoung no.— Llegó detrás Jeon.
—Cierra la boca o me voy a encargar de que hasta tus padres se den cuenta de que eres un cuerno Jeon.
El omega abrió sus ojos exasperado, miró a Jungkook, a la alfa, a Jungkook otra vez, a Eunwoo que parecía increíblemente confundido, a sus amigos, hasta miró a su alrededor a ver si alguien más había escuchado. No iba a permitir que la chica arruinara todo solo por enojo, no iba a permitir que se metiera con él.
