Capítulo 1

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Dormía plácidamente sobre la suave cama, parecía estar hecha de nubes por lo cómoda que se sentía; respiro el aroma de las sabanas como era costumbre suya luego de una gran fiesta, normalmente siempre llegaba a casa o al departamento de su mejor amigo. Pero esta vez fue la excepción.

Noto que las sabanas desprendían un leve aroma a colonia de hombre, sudor y quien sabe que otros fluidos corporales, un escalofrío recorrió su cuerpo; alguien le estaba acariciando la espalda, podía sentir los helados dedos del contrario, trazando líneas imaginaras sobre su piel, a veces se detenía en un lugar y presionaba ligeramente, sentía molestia ante la pequeña presión en esas zonas.

Un suspiro salió de sus labios, la traviesa mano del contrario se había enroscado en su cintura, Miro de reojo el brazo que lo apresaba, no pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa, se levantó por reflejo y cubrió mejor con la sabana mirando al hombre o mejor dicho país, el cual estaba aún adormecido.

—Me van a matar —Murmuró espantado mirando al país, mientras el contrario solo estaba relajado y con ganas de seguir durmiendo— ¿Como llegué aquí?

—Se dice buenos días cariño —Él joven solo negó, su ceño se frunció ligeramente y sus labios formaron una mueca de disgusto.

—Lo siento, pero yo debo irme.

Sin esperar alguna respuesta o afirmación de su parte se levantó, comenzó a buscar su ropa; cuando estaba por terminar de ponerse los zapatos para huir, sintió una grata caricia sobre su cabeza. Al levantar la mirada vio que el país le sonreía con calidez, sin embargo él mismo arruino el momento dándole un pequeño manotazo al contrario para que se alejara. Estaba más que seguro que si permanecía más tiempo ahí seria blanco de algún loco, no le importo ni un poco la mirada persistente que le daba, simplemente tomó su celular y se dirigió a la puerta.

Antes de que pudiera si quiera tomar la perilla, su muñeca fue retenida con cierta determinación, el agarre era firme pero no lo suficientemente fuerte como para hacerle daño; solo quería detenerle y preguntar porque se iba así nada más.

—¿Que es lo que quieres? —Pregunto hastiado.

—¿Por qué huyes de mi?

—¿Qué no es obvio? —Negó— ¡Eres Rusia por dios! —Reclamo mirándole mal— Si alguien sabe que estuve contigo o si quiera tuve un encuentro cercano con un país, seguro me querrán asesinar o vender a terroristas.

—¿Eso era todo lo que te preocupaba?

—Definitivamente eres un idiota —Mofo enojado, soltó con brusquedad su mano— Mira tu no sabes de mi, tu ni me has visto, esto solo fue una noche nada más. ¿De acuerdo? —Estaba dispuesto a irse, pero de nuevo el ruso le detuvo.

—Se quien eres; (T/N) Molares Ferrara, diecinueve años recién cumplidos, estudias diseño de interiores, no ves a tus padres hace más de ocho años, trabajas en un café justo en el centro de Madrid —Ahora un tanto asustado, se alejo del país.

— ¿Tu como sabes todo eso? ¿Eres un acosador? —Dio tres pasos hacia atrás, cuando vio que le país tenía intenciones de acercarse.

—No, estoy en la misma aplicación que ti cariño —Ahora mismo su cerebro dejó funcionar, el ruso suspiro con algo de decepción— “Dulces Deseos”, es la aplicación para encontrar Daddy's y Baby's —Le miro serio, hizo un ademán con su mano para que prosiguiera hablando— Vi tu perfil hace unos meses, me llamaste la atención; de hecho hablamos un par de veces por eso se esas cosas.

—¿Tú eras Mrs.Daddy? —asintió, solo suspiro ante la revelación de información; se sentó en la cama mirando a la pared— ¿Entonces todo este tiempo he estado hablando con un país?

—Si, pero si lo miras por el lado bueno, yo puedo darte todo —Le miro de reojo, había captado su interés— Quiero que seas mi Baby.

—No.

—¿Por qué no?

—Por el simple hecho de que eres la representación de un pedazo de tierra llamada Rusia, además de que mi cabeza estaría en juego si hago eso —Negó tajante, aun que por dentro se moría de ganas de aceptar su oferta. 

Apretó sus labios formando una línea recta, no había venido hasta Madrid para que él solo dijera que no y se fuera así como así, pensó durante unos minutos que podía hacer para que aceptará el ser su bebé, le traía como ningún otro hombre; era perfecto, sobre todo con esa cara de inocencia que cargaba, pero ahora se daba cuenta que cuando quiera puede ser una fiera.

—Si no tienes nada más que decirme, me voy —Se levantó con esperanza de poderse ir y olvidar el tema.

—Te tengo una apuesta —Hablo repentinamente, suspiró al desesperado por la insistencia del país; dio media vuelta y le miro expectante— Si logro cuidarte un mes entero, serás mi Baby hasta que yo decida.

—¿Y si no es así? —Sonrío de medio lado, había dado en el clavo con eso de la apuesta.

— Te pagaré, los estudios, los servicios y daré dinero de sobre par a que compres tus cosas hasta que tu quieras, a cambio de nada. Sería mi castigo por no a verte cuidado como debía.

—Antes de aceptar quiero decirte que soy muy exigente, todo absolutamente todo lo que yo te pida me lo debes de dar —Comento— Si fallas en una sola cosa me iré.

—Estas bien —el más joven sonrió de manera tierna.

— Ahora si me disculpas, debo irme.

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Continuará...

Espero hayan disfrutado de este primer capítulo.

Se les quiere y aprecia mucho.

Bey. ❤️

Baby (CountryHumans x Male reader) (Pausada Por El Momento) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora