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Al día siguiente, del amargo recuerdo, la castaña se levantó para hacer el desayuno. Notó que su esposo aún no había llegado.

Suspiró y fue a la cocina, donde Max preparaba unos waffles con chocolate mientras Jim estaba sentado en su silla especial, jugando con sus peluches.

—Gracias. —Fue lo que murmuró al ver a la pelirroja.

—¿Por qué? —preguntó confundida.

—Por no soltarme nunca.

Ambas se abrazaron, y al separarse, Eleven mencionó; —Me voy a divorciar de Mike.

En el alma || MilevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora