¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando los mellizos se unieron a la familia Kim, fue cuestión de tan solo días para que el pequeño Jimin se adaptara y pudiera estar cómodo con los adultos y sus nuevos hermanos.
Antes siempre se escondía detrás de su mellizo y este lo protegía tanto como le era posible, incluso estuvo reacio a dejarlo ir cuando el de ojitos azules empezó a pasar tiempo con los niños mayores.
Taehyung prefería pasar tiempo solo o con la única compañía de Jimin, no es que fuera arisco o un mal niño pero pasó mucho tiempo con personas que le hicieron daño así que al ser quién más quería proteger a su hermanito, le era más complicado confiar en los adultos e incluso en los niños.
Tanto SeokJin como Namjoon intentaban acercarse al pequeños de ojos azules, pero nada de lo que intentaban podía quitar el miedo que lo invadía, haciéndose más notable por el pequeño temblor en su cuerpo y como retrocedía disimuladamente.
Así pasaron días incluso semanas enteras hasta, que un día por casualidad todo empezó a ir con el pie derecho, de una forma que no se les había ocurrido.
Ese día SeokJin había tenido que salir por una emergencia con uno de sus hermanos así que Nam fue quien quedó a cargo de los pequeños, mientras sus hijos jugaban él decidió darles un bocadillo. Kim Namjoon no se destacaba por ser bueno en la cocina, de hecho era algo torpe en ese ámbito pero hay pequeñas cositas que podía preparar sin problemas.
Esta vez era una ensalada de frutas con miel, después de lavar y cortar cada uno de sus dulces ingredientes los sirvió en varios platitos para sus niños, los llamó y cuando estuvieron todos sentados comiendo notó algo muy tierno a sus ojos.
Tae había casi olvidado por completo las frutas concentrándose solo en comer la miel que se acentuaba el fondo del plato, sabía que los mellizos hacia varios años no probaban algo dulce y le emocionaba ver sus ojitos brillantes cada vez que se les permitía comer como premio por haberse portado bien o ayudar un poco el casa.
-¿Más, por favor? –la dulce vocesita del pequeño de ojitos azules llamó su atención, dándose cuenta de que las frutas las había pasado a su mellizo y tenía el plato casi limpio aunque la boquita embarrada en miel.
Escucharlo emocionado hizo que su corazón se sintiera cálido así que solo pude asentir con una sonrisa de hoyuelos y sirvió un poco más de miel pero esta vez en un par de rebanadas de pan blanco.
Las entregó al pequeño rubio quien los recibió con una preciosa sonrisa cuadrada comiendo con entusiasmado y mucho más gusto que la fruta.
Desvió la mirada hacia abajo cuando sintió un tirón a la manga del pantalón deportivo que llevaba puesto, viendo al pequeño solecito de la casa con un libro de pasta dura en sus pequeñas manos. Ni siquiera había notado cuando se fue del comedor, se agachó a la altura de Hoseok y revolvió su cabello en un gesto cariñoso.
-¿Qué pasa Hoseokie?
-Osito –fue lo único que dijo mientras abría el libro infantil y lleno de colores hasta dónde se mostraba un bebé oso comiendo un tarro de miel, supo al instante a lo que se refería.
Un instante después Jimin y Yoongi ya estaban mirando el tierno dibujo y luego a su hermano de ojitos azules notando que sí se parecían un poco, solo faltando las orejitas.
Habían encontrado la manera de acercarse un poco más a TaeTae y además habían conseguido un tierno apodo que incluso al pequeño le gustaba, incluso a veces fingía pequeños gruñidos cuando olvidaban decirle así
Osito al fin se estaba integrando a la familia, un tierno y mimoso osito de miel
