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Los niños aman el azúcar.
Es la idea que todos tenemos, al menos la mayoría de la población adulta; suele ser un suceso extraño encontrar un niño a quién le disguste pero en una familia con cinco niños tal vez no era algo tan sorprendente.
El pequeño Kim Yoongi demostró su poco aprecio hacia las cosas extremadamente dulces, tal vez por eso sus golosinas favoritas eran sabor menta, limón o chocolate amargo aunque esto podía cambiar en circunstancias muy especiales.
Sí, solo por sus hermanos.
Por ejemplo, desde que Jungkook cumplió ocho años descubrió su gran amor por preparar postres y diversas golosinas para su familia, pasaba cada domingo en la cocina con el mayor de sus padres mientras cocinaban algo juntos, casi al final del día ambos salían con "un delicioso manjar digno de ser probado solo por reyes" como le había llamado Taehyung y todos lo apoyaban en esa idea. Todos excepto uno, a su hermanito más que a cualquiera en esa casa le encantaba el azúcar.
"—Podría decirle a Jungkookie que utilice menos azúcar —el niño pelinegro de rasgos similares a los de un gatito negó con la cabeza de inmediato manteniendo la mirada en su padre que le mostró una sonrisa de lindos hoyuelos junto a un suave "¿por qué?"
—Le gusta mucho"
Mientras todos los niños peleaban por quién recibe más postre, el mayor de los hermanos Kim comía tranquilo y en silencio con una sonrisa cada vez que notaba los grandes ojos del más pequeño de la familia brillando de emoción.
Esa sensación le encantaba, sentía su pechito cálido por hacer algo lindo para toda su familia, siempre que recibía un cumplido por parte de sus padres o hermanos sus mejillas se ponían de un adorable rosa y no dejaba de sonreír, especialmente cuando su querido hyung gruñón lo felicitaba.
Yoongi a veces no entendía cómo podían fascinarse tanto con esa sensación que para él era muy desagradable, comer tantos dulces hasta no poder más y su estómago dolía, aunque no lo entendía nunca expresaba su disgusto con sus hermanos cada vez que estos querían darle un poco de sus golosinas. Prefería aguantar un poco de azúcar extra en su boca que verlos tristes. Sí, ese era su mayor secreto y quería mantenerlo así aunque a veces los planes no resultan como uno espera.
— ¡Feliz cumpleaños, Yoongi! —un fuerte grito lo despertó de su preciado sueño, ese día el pequeño pálido cumplía quince años y como ya era costumbre toda la familia Kim estaba reunida junto a su cama, su papá Jin sostenía un pastel con decoración un poco irregular pero también muy lindo
— Pide un deseo, hyung. Jungkookie hizo el pastel y nosotros lo decoramos —la suave voz de Jimin se dejó oír, lo sabía, los dibujos de pequeños flores y corazones hechos de crema debían ser obra de del rubio, los trozos de chocolate y grageas en la superficie seguramente fueron idea de Taehyung y las velas con dibujos de gatitos gritaban Hoseok
Como pidió cerró los ojos por un momento y después sopló las velas apagándolas al instante, los aplausos y abrazos no se hicieron esperar, puede que le avergonzara un poco recibir tanto afecto al mismo tiempo pero también le gustaba, después de recibir las felicidades por parte de sus hermanos y padres lo dejaron solo para vestirse y esperarlo en el comedor.
Su rutina era simple pero le encantaba de esa forma, en su cumpleaños pasaban las mañanas todos juntos tranquilos, por la tarde llegaban sus amigos a visitarlo y pasar el rato juntos. Ese era su paraíso ya que le disgustaba estar rodeado de muchas personas, prefería que sea de esa manera.
Como siempre todo fue perfecto a su manera hasta que por la tarde en compañía de sus pocos pero queridos amigos cortaron el pastel, él estaba listo para dar una pequeña excusa para no comer cuando sus hermanos llegaron con un plato para él y un cubierto.
—Es una receta nueva hyung, le gustará mucho —la sonrisa en forma de corazón de Hoseok lo recibió primero, no iba a luchar contra ellos, recibió el plato y dio el primer bocado, en ese instante tuvo que luchar por no lucir sorprendido, el sabor amargo del chocolate y el café con un toque de dulce por la leche inundó su paladar, era perfecto para él.
—Ustedes...
—¡Sí le gustó! —los cuatro celebraron pues el sabor lo habían inventado juntos para su mayor, claro que recibieron ayuda pero eso podía ser un secreto, estaban felices de haber logrado el mejor regalo para su hyung, ahora esa tonta niña que le regaló una copia de su libro favorito el año anterior había quedado en segundo lugar
—Papi nos contó una historia, usted ya es muy dulce con nosotros hyung —Jungkook lo miraba abrazado a su brazo muy emocionado sin querer soltarlo y aunque no entendió la referencia tampoco preguntó al respecto
—¡Usted es nuestro dulce! —La risa de Taehyung acompañó la voz de su mellizo y de pronto el mayor de los niños Kim se vio en el centro de un abrazo grupal. Confundido pero también muy feliz, tal vez luego podría preguntar por esa extraña historia.
