Happy Birthday my SharkBoy (Rin Matsuoka y tú)

Parte 1: Intrusión en Samezuka

Hoy, dos de Febrero, es el cumpleaños de Rin. Ya que llevamos seis meses y medio de novios, quiero hacer algo especial por él. Por otro lado, estoy muy contenta de que llevemos tantos meses. En mi caso, es realmente un número alto. No he tenido relaciones que duren más de cuatro semanas.

Ayer fui al shopping a comprarle una camisa. Elegí una roja con cuadros negros, me gustó. En mi opinión, Rin se verá muy guapo, más de lo que ya es. También he pensado en ir a comer pizza, ya que a él le gusta lo salado, o ir a ver una película. La verdad, no tengo tanto dinero y me parecía muy poco mi afecto. Pero, dicen que la intención y el sentimiento por el cual lo haces es lo que importa, si no me equivoco.

Eran las 16:48hs y me encontraba fuera de Samezuka. Pensaba en entregarle el regalo personalmente pero, desafortunadamente no dejaban entrar a personas ajenas a la academia.

Vi a Aiichiro y Yamazaki sentados en una banca, al parecer estaban platicando. Aiichiro desvío su mirada hacia mí, podía ver que me nombraba y Yamazaki volteó. Ambos, se dirigieron a la entrada donde yo estaba.

-¡Buenas tardes, (nombre)-san!- Dijo Aiichiro corriendo alegre, seguido por Yamazaki con una media sonrisa.

-Oh, es cierto. Es el cumpleaños de Rin.-dijo Yamazaki.

-Sí, le he traído un regalo. ¿Se lo puedo encargar a ustedes para entregárselo de mi parte?... si no les molesta.- No me sentía bien al lado de Yamazaki, sentía una especie de...¿presión? Su mirada me resultaba intimidante a pesar de haber hablado varias veces antes.

En cambio, Aiichiro... él era adorable.

-¿Ha sucedido algo entre Rin y tú?- Preguntó Yamazaki.

-No, no es eso. Es que aquí no dejan entrar a personas ajenas a la academia, y por eso...-dije, bajando cada vez el tono de mi voz y desviando mi mirada de la de Yamazaki.

Hubo una pequeña pausa hasta que Yamazaki habló.

-Nitori, prestale tu campera para que pueda entrar.

-¿¡Eh!? Pe-pero... ¿va a poder entrar sin que se den cuenta?- Dijo Aiichiro.

-No hay problema.- Disimuladamente dirigió su mirada hacia el guardia y se acercó a Aiichiro- Si te fijas, el que está cuidando la entrada esta llenando la panza y ni se percató de nosotros.- Mirando a Aiichiro agregó- Vamos, apúrate.

-B-bien...- Dicho esto, Aiichiro se quitó su campera, la cual era de Samezuka, y me la dio.

-No te preocupes. Con esa apariencia que tienes, no se darán cuenta de que eres una chica.- Dijo Yamazaki, haciendo una mini pausa y luego agregó- En un buen sentido.

-Gracias Yamazaki-kun. Aiichiro-kun, gracias. Te la voy a devolver en cuanto salga de aquí.- Dije sonriente.

-¡No tengo ningún problema en que la uses! ... usala libremente.- Dijo Aiichiro con sus mejillas rojas.

-Llámame por mi nombre, (nombre)-chan.- Dijo Yamazaki sonriendo, lo cual me sorprendió pero también me alegró.

-¡A mi también, no me molesta en absoluto!- Dijo Aiichiro, alegre. Lo cual correspondi a esa alegría y me despedí de ellos para dirigirme a... ¿dirigirme hacia dónde? ¡Rayos! Me había olvidado preguntarles dónde se encontraba Rin.

Volteo y regreso donde se encontraban Sousuke y Nitori, lo cual había una distancia de tres metros. Por tanta emoción se me había olvidado el porqué he venido. Soy una tonta.

-Está en su habitación. -Dijo Sousuke con pequeñas risas acompañadas con las de Nitori.

-¡Gracias!- Dicho esto, me dirigí rumbo a su habitación, sin que me viera el guardia.

Sabía dónde estaba la habitación de Rin pues, anteriormente me había llevado a las arrastradas.

Siguiendo los mismos pasos que aquella vez, pude llegar sin problemas. Aunque algunos estudiantes se me quedaban mirando.

Sólo espero que Mikoshiba no se apareciera, él sería un problema.

Toqué la puerta, no respondió. Miré ambos lados del pasillo y no había nadie, por suerte.

Me agache para ver por la cerradura y lo vi. Estaba durmiendo.

¿Debería entregárselo luego? Pensé.

Inconscientemente giré la manija de la puerta. Estaba abierta. Rápidamente, miré nuevamente ambos lados del pasillo y entré; con cuidado, tratando de no hacer el menor ruido, cerré la puerta.