Me resulta gracioso ver cómo todos alaban a Rosé, cómo la consideran perfecta en todos los aspectos. No puedo evitar esbozar una sonrisa ante lo ridículo que suenan algunos hombres al tratarla como si fuera un trofeo. Y como resultado de mi diversión, ahora me encuentro agarrando firmemente la camisa de uno de esos chicos.
El hecho de que la elogien no significa que no hablen mal de ella a sus espaldas. El hecho de que la adoren no significa que no la critiquen cuando ella se da la vuelta. No significa que incluso sus propias amigas empiecen a darle la espalda. No significa que no inventen falsos rumores sobre ella, como decir que está embarazada, que se dedica a vender su cuerpo o que soborna a los profesores.
Las habladurías y chismes de la gente son algo que constantemente me irrita, y mucho más cuando se trata de difamar a una mujer. Hace algún tiempo, mi madre me contó que también vivió algo similar en su juventud, y desearía haberla defendido en su momento. Y eso es exactamente lo que hago ahora por Rosé, protegerla y estar a su lado.
Decidí que sería una forma de agradecerle el hecho de que no coqueteara conmigo. Con determinación, acorralé al chico contra la pared, y su cabeza chocó con fuerza contra ella.
Lo que más me enojaba era ver cómo algunos hombres solo veían a una mujer, en este caso a Rosé, como un objeto para satisfacer sus deseos sexuales, utilizando su conveniencia y deseos egoístas.
No soy de pelear, pero mi madre siempre me enseñó a proteger a aquellos que están cerca de mí. Y aunque Rosé no sea exactamente alguien cercana en mi vida, estoy cansado de quedarme de brazos cruzados cada vez que escucho hablar de ella de manera irrespetuosa.
Con una voz tensa, entre dientes, le dije al chico:
— Repite lo que acabas de decir.
El chico temblaba, intentaba liberarse de mis manos, pero era inútil. Yo era mucho más fuerte, después de todo, fui el capitán del equipo de fútbol americano.
— Jun-Jungkook — balbuceó con miedo en su voz.
— ¿Qué dijiste que era Rosé? ¿Una puta por no haberse acostado contigo? — le espeté con furia, mis palabras resonando en el aula. Los estudiantes nos rodearon, algunos en silencio, otros vociferando para que le diera su merecido, mientras unos pocos sacaban sus teléfonos para grabar la escena.
El chico vaciló, sintiendo la presión de la mirada de todos sobre él. Finalmente, balbuceó un débil "lo siento".
— Y una mierda — exclamé, soltándolo bruscamente y viendo cómo su cuerpo caía al suelo con estrépito. Comenzó a toser, y pronto nuestros ojos se encontraron. No mostraba la misma altanería de antes —. Si vuelvo a escucharte decir algo así, no dudaré en golpearte de nuevo — advertí con mi voz transmitiendo firmeza, dejando en claro que no toleraría más insultos hacia Rosé o cualquier otra persona.
ESTÁS LEYENDO
〣ʀᴏsᴇ·s ʙʀᴏᴛʜᴇʀ〣 [ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ/ᴶⁱᵏᵒᵒᵏ]
FanfictionEstoy en una relación con Park Rosé. Muchos quieren que admita eso. Mucho creen en eso. Todo el mundo piensa que hemos estado saliendo, porque ella es parte del grupo de animadoras en la universidad y yo el típico jugador de fútbol americano. El cl...