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«Principio»

La nieve caía de forma suave, los copos blancos se mezclaban con la fría nieve acumulada en los arboles y la tierra del suelo, mientras la luna iluminaba el cielo nocturno junto a sus compañeras las estrellas

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La nieve caía de forma suave, los copos blancos se mezclaban con la fría nieve acumulada en los arboles y la tierra del suelo, mientras la luna iluminaba el cielo nocturno junto a sus compañeras las estrellas.

El silencio no estaba presente, pues la respiración agitada de aquella fémina se escuchaba y retumbaba entre los pasillos de la Finca de la Oscuridad.

Hacía frío, mucho más del normal, sin embargo, era algo contradictorio puesto a que su calor corporal estaba más fuerte de lo normal, su corazón bombeaba la sangre desenfrenadamente propagando no solo tristeza, sino también ira entre sus venas.

《 ― Busca a tu hermano... Protégelo, cuida de él hasta que llegue... tu padre... ― 》

Esas fueron las últimas palabras de su madre.

Las paredes de la finca estaban manchadas de sangre, los cuadros tradicionales y contemporáneos estaban en su mayoría destruidos, pues antes de que llegara de cortar leña para el fuego supuso que su madre había dado pelea con la que era su espada a la hora de ser cazadora de demonios.

Nunca pensó que la falta de movimiento y el tiempo en el retiro pagaran factura.

'No están adentro, debió habérselo llevado!' exclamó la bicolor internamente.

Con rapidez tomó la katana de su madre, la legendaria nichirin creada específicamente para exterminar demonios, y con su haori puesto corrió a contra viento fuera de la Finca en la que vivía con su familia.

Le pareció increíble, y no dejaba de preguntarse; ¿Cómo pudo un demonio entrar a la Finca? ¿Acaso no lo afectaron las glicinias? ¿Por qué atacar ahora? ¿Qué cambió? No lo sabía, y tampoco podía detenerse a preguntar, ¿O sí?

Sacudió su cabeza, no tenía tiempo para pensar.

'Concentración Total' pensó.

El aumento en su velocidad fue desmesurado, guiándose por su visión, logró dar contra el demonio que para rematar llevaba a su pequeño hermano entre sus pútridas manos.

Kira de un momento a otro se posicionó y apareció frente a ambos individuos, la katana ya se encontraba desenvainada y la hoja relucía bajo la luz lunar.

Levantó su mirada, su fría mirada con ojos tan lúgubres que desbordaban vacío total.

¡Nee-san! ― exclamó el pequeño Hiro sonriendo inconscientemente por ver a su hermana mayor.

Kira levantó la espada, quedando la hoja metálica justo a un lado de su mejilla.

Suéltalo, y consideraré darte una muerte rápida. ― musitó.

Déjame ir, y consideraré darle una muerte rápida. ― repitió el maldito colocando sus garras en el pecho del niño con una sonrisa triunfante.

𝗚𝗿𝗮𝗻 𝗖𝗮𝘇𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮 ━━━ Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora