Wei Ying

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Le dice a alguien sobre su secreto.

Bueno, a tres personas.

La primera es su hermana. No le gusta ocultarle cosas a ella y sabe que si alguien la entendería y trataría de ayudarla, esa sería ella.

Se sienta en el edredón rosa de su habitación en posición de loto, A-Jie reflejando su postura frente a él en la cama. Cuando él se lo dice, ella no pide pruebas. Jiang Cheng puede ver que los cambios recientes finalmente se unen en su mente. Todo encaja como piezas de un rompecabezas dentro de su cerebro y prácticamente puede escuchar el click cuando todo encaja en su lugar.

-Gracias por decírmelo-, es lo único que dice, su mano encuentra la piel de su tobillo y aprieta ligeramente.

-Gracias por creerme-. Dice y ella sonríe.

Luego, A-Jie toma aire y pregunta: -¿Puedes ... apagarlo?

-No sé cómo hacerlo-, admite.

La comprensión cruza sus rasgos y su mente, se siente como algodón alrededor de sus dientes.

-Por eso dejaste de tener clases con el resto de los discípulos-, dice ella y él ve destellos de las últimas semanas. Jiang Cheng se queda en su habitación, no abandona el área familiar, se niega a ir al mercado, no quiere volar cometas con otros niños.

Él asiente con la cabeza. -Es demasiado ruido.

-¿Las voces?.

-Sí, son demasiado-.

Ella se muerde el labio inferior y sus ojos se mueven hacia un lado, evitando su mirada. Hay algo agitándose en su mente ahora, deja el olor de albaricoques podridos en sus fosas nasales, tan fuerte que puede saborear el jugo ácido en su lengua. Ella parece aterrorizada. Y avergonzada.

-¿Puedes escuchar todos mis pensamientos?-. Ella pregunta.

Él sabe el por qué de la pregunta. Hay pensamientos que nunca imaginó que su dulce hermana tendría. La gran decepción y el amargo resentimiento, sobre todo dirigido a sus padres. La dolorosa resignación y mortificación cada vez que se menciona a su prometido. Palabras demasiado grandes, sentimientos demasiado fuertes por alguien tan pequeño, encantador y amable.

Imagínense el impacto de la primera vez que la escuchó maldecir a su padre por ignorar la pregunta de Jiang Cheng durante la cena una noche. Ni siquiera puede recordar lo que preguntó, solo la dulce voz de su A-Jie mientras ella pensaba en voz alta "bastardo" mientras miraba a morir con una leve sonrisa.

Ha aprendido mucho sobre los verdaderos colores de las personas en los últimos días.

Se da cuenta de lo aterrador que puede ser saber de repente que eres vulnerable a otra persona. Que alguien pueda ver a través de ti.

Considera mentir por un segundo. Pero su A-Jie no tiene el privilegio para poder mentirle en la cara, ni ahora, ni nunca. Entonces, en cambio, dice;

-Sí. De todos. Todos ellos.

-Lamento que hayas tenido que escuchar todos mis ...-. Ella titubea, sus mejillas se tornan de un violento carmesí.

Su vergüenza se siente como un cubo de hielo en su boca. Se lo traga y habla.

-Trato de no escuchar. La mayoría de las veces ni siquiera les presto atención, solo trato de concentrarme en otras cosas, A-Niang contrató a alguien para que me ayudara a controlarlo. Y sobre las cosas que he oído de ti... -. Se detiene y espera hasta que A-Jie lo mira de nuevo.- No te juzgo. Nunca lo haría.

-Gracias-. Ella dice.

🌺💜🌺

La segunda persona es el sanador mental que contrató su A-Niang. Su nombre es Wen Zhou. Viene de una rama de la familia Wen principal y ella dijo que un amigo lo recomendó. Ella piensa en un hombre alto con un ceño fruncido impresionante, en besos o caricias y otras cosas que Jiang Cheng no entiende, pero rápidamente trata de callarse.

Crouch RecollectionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora