Han pasado unos dias y aun sigo pensando en mi supuesto benefactor secreto. No tengo ningun familiar vivo y no tengo mas conocidos que los que de una u otra forma pasaron por mi vida en estos 27 años. Que me conozcan de verdad solo tengo a Laura y luego un par de relaciones que no fueron especialmente formales, asi que por mas que discurro no logro vislumbrar quien puede estar detras de la presentacion de mi curriculum.
Laura me ha confesado que estaria encantada en afincarse conmigo en Madrid y buscar alli un futuro laboral, aqui la pobre no tiene mucha suerte. La verdad es que esa declaraciinde interes por su parte, me alienta a plantearme aceptar el posible trabajo si las condiciones economicas que ofrezcan nos permiten instalarnos, Madrid es mucho mas caro que Asturiad, y aqui ya llego a fin de mes a duras penas.
Mientras preparamos un par de bolsas de viaje para irnos a la entrevista y aprovechar el fin de semana en Madrid, Laura no deja de describir la aventura que podria estar a punto de empezar ante nosotros. Las dos en la capital solas y pudiendo reinventarnos a nuestro antojo. Suena muy emocionante la verdad... una gran urbe y dos solteras sin ataduras para quemar la pólvora.
El viaje en autobus se nos hace cansadisimo y llegamos al hostal (no nos llegaba para un hotel, asi que opcion mas económica). Nos turnamos para darnos una ducha rápida y decidimos salir a ver la tipica y turistica plaza mayor y cenar en la conocida e internacional hamburguesería.
Regresamos a la habitacion entre risas y nervios por lo que me espera mañana, supongo que me espera una noche en blanco...
Sorprendentemente no fue asi, y amanezco con mas energia de la que recuerdo en los últimos meses. Despierto a Laura y despues de una merecida ducha y prepararme con traje de pantalon y chaqueta color gris humo (de Laura), recoger mi melena en un moño informal y unos pequeños toques de maquillaje, estoy lista.
Tras un transbordo de metro y un paseo de 15 min llegamos al hospital, Laura me da dos besos, me desea suerte y decide esperarme en la cafeteria.
Una vez en la seccion de recursos, humanos una guapa secretaria, detras de su ordenado escritorio me observa mientras me acerco... diria que estudiando lo que ve.
- Buenos dias. Tengo una cita con el Sr. ..
- Con el Sr. Toledo - me interrumpe - Me han avisado que subia señorita Herranz. La estan esperando -me sonrie - es la puerta doble de cristal - me indica señalando unas enormes puertas de cristal ahumado
- Gracias - contesto distraida, mientras doy vueltas al plural de su respuesta.
Camino lentamente hacia las puertas, al llegar llamo timidamente con mis nudillos, muy confundida y completamente distraida en mis absurdos pensamientos sobre si en estos casos hay que llamar y esperar oir un: adelante, llamar y pasar... no llamar pues fijo que en estos minutos la secretaria ya aviso de la llegada... y ensimismada en estos pensamientos me sorprende un carraspeo frente a mi.
Alguien ha acudido ha abrirme la puerta, y por la sonrisa burlona y el gesto de fingida impaciencia que me dedica cuando alzo la vista, comprendo que debo de haber estado tan ensimismada como para no oir el : adelante, que esperaba.
El hombre que pacientemente espera ante mi es increíblemente atractivo, alto (calculo que cerca de 1,95), tan alto que hace parecer minusculo mi 1,72... en esa cara angulosa, de mandibula perfecta y una frentre que comienza a fruncirse enmarcada por unos rebeldes mechones negros como el zabache. Me pierdo en sus ojos, de color indescriptible, que tienen una trama de grises y azules, que los hace unicos.
- Señorita Herranz, la estabamos esperando -dice a la vez que se hace a un lado cediendome el paso hacia dentro de la estancia.
Siento como me cuesta desenganchar mis ojos de su belleza y como el rubor tiñe mis mejillas, y a duras penas consigo adentrarme en la sala, siendo consciente del acalaronte escrutinio que mi aun desconocido "portero" hace de mi cuerpo a mi espalda.