Pretty Boy |Spencer Reid|

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Nueve meses atrás

Sophie entró al complejo de apartamentos con la mirada baja. Parecía que quería enterrar la cabeza en el suelo, pensé en una avestruz. 

Agarraba el cuello de su suéter de tortuga como si su vida dependiese de ello. Fruncí el ceño siguiéndola con la mirada mientras caminaba hacia las escaleras. Ni siquiera me notó.

No la culpaba, la prisión no sólo me había hecho cambiar la mentalidad, mi cabello parecía el de un maniaco, yo tampoco querría saludarme si lucía de esta manera; algo no estaba bien y no podía quedarme aquí simplemente observando.

La seguí hasta su departamento como si de un acosador se tratara y cuando dio la vuelta para entrar en él puse una mano en la puerta haciéndola saltar del susto.

"Spencer" su mano derecha dejó el suéter y viajó a su pecho como si tratara de tranquilizar su corazón. 

Su mirada viajó a mis espaldas como si se estuviera cuidando de algo y cuando volvió la cabeza hacia el interior de su hogar lo noté en su cuello. Era morado y parecía como si una mano hubiese estado mucho tiempo aplicando presión en él

"¿Qué es..."

"Tengo que irme Spence" interrumpió viéndome a los ojos. 

Un reflejo de tristeza y apuración cruzó su mirada y cerró la puerta en mi cara

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"¿Crees que su novio la golpea?" habló JJ 

"Puedo asegurarlo" afirmé "siempre me ha parecido un patán pero... ¿qué sucede?" fruncí el ceño a mi amiga cuando una sonrisa se dibujo en su rostro

"Uhm" bajó la vista a la carpeta que tenía en su mano "hace mucho no te veía tan interesado en alguien"

Volví a fruncir el ceño

"Es mi vecina de hace años Jennifer. Y no hacer algo al respecto no se vería muy bien de mi parte, soy un agente del FBI, es mi obligación ayudarla" hablé cambiando mi postura cruzando mis brazos sobre mi pecho

Me estaba poniendo a la defensiva

JJ volvió a sonreír murmurando una afirmación y antes de que pudiese decirle algo, el equipo entró a la sala hablando sobre un nuevo caso. 

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"Sophie" saludé a la castaña cuando nos encontramos en la entrada del edificio

Su mirada se iluminó y me sonrió. Iba a decirme algo cuando detrás de ella apareció un cuerpo que le doblaba el tamaño. Puso una mano en su hombro y pude notar que aplicaba fuerza en él, pues los nudillos del hombre comenzaron a ponerse blancos, casi transparentes.

"¡Hey!" di un paso al frente al notar la mueca de dolor de mi vecina

"Tenemos que irnos Spencer" se disculpó y comenzó a caminar con la guardia baja.

Su novio me dio una mirada que pretendía ser amenazante, pero en este punto de mi vida, ya nada me intimidaba.

Derek estaría orgulloso.

Dos horas después nos encontrábamos sentados en la parte trasera de la ambulancia estacionada frente a nuestro edificio.

"Vendrá alguien a revisarte" le di una sonrisa sin mostrar los dientes tratando de tranquilizarla

"Spence" tomó mi mano cuando me paré de su lado