Prólogo

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Dentro de cada persona existe una guerra, dos bandos que se enfrentan minuto a minuto por tomar el control de cada decisión, pensamiento y acción. Una dualidad que afecta no sólo este mundo sino también otro lado, que está más cerca de lo que te puedes imaginar.
Las personas están acostumbradas a mirarse en el espejo, pero no observan lo que hay a través de él: otro mundo, otras decisiones, otros caminos, otros rumbos que cambian el sentido de la vida, al otro lado todo es diferente: cuando una persona aquí dice no, al otro lado, la misma persona dice sí, cuando aquí alguien va a la derecha, en el otro lado se va para la izquierda.
Todo es igual, pero al mismo tiempo todo es diferente, solo dos cosas se mantienen inamovibles: el momento del nacimiento y el momento de la muerte. O eso parecía.

La historia del Gran Espejo, Portal entre mundos, inicia en el siglo xvii con unos gemelos. Gemelos espejo. El hacedor construyó el gran Marco a partir de fuego, agua, tierra y aire, pero su obsesión por viajar entre mundos fue tal que todos sus recuerdos, pensamientos y todo lo que era fue absorbido por el Marco, dejando sólo una cáscara con el rostro del hacedor. El cazador para proteger el Gran Espejo de la avaricia del hacedor, asesinó a su hermano y huyó al Otro Mundo. De ahí nacen los reflexus, viajantes entre mundos que sacrifican sus vidas para conservar el orden y el equilibrio hasta que llegue el Reflejante, el elegido de la luz que cumplirá la profecía de unir ambos mundos y así evitar su destrucción, pero antes de eso deberá enfrentarse con la sombra, el elegido de la oscuridad que busca eliminar el conducto entre mundos y separarlos para siempre. Los dos mismos hermanos reunidos nuevamente después de los siglos para una batalla final de la cual sólo uno saldrá victorioso.

Al otro lado del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora