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El castaño salió a su balcón, el día estaba tan hermoso y Jungkook se sintió feliz, por un momento logró tapar la desagradable noticia de su padre. El cielo tan celeste y sin nubes blancas y esponjosas. Un lago claro y transparente en frente a sus ojos. La brisa era tan cálida que el príncipe se apoyó en la construcción y suspiró, deseando que ese viento se llevara los problemas.

Saben que el joven ama las flores, ¿cierto? Su hermoso balcón estaba decorado de ellas. Plantas enredaderas allí abrazando el material, macetas de arcilla donde vivían las margaritas y las rosas rojas.

Por donde Jungkook pisara, existirían sus flores, la naturaleza, la vida.






La señora Rae — una de las tantas personas que servían en el palacio— tocó la puerta del dormitorio. Sinceramente no esperaba nada del muchacho, a veces hacía lo que se le daba la gana.

Jungkook calló los pensamientos de la señora cuando abrió la puerta.

— Jóven príncipe, su padre lo espera en su invernadero. Por favor no lo decepcione.

"El que me decepcionó y seguramente siga haciéndolo es él." Pensó el castaño, asintiendo con una vaga sonrisa a la señora.

Iría, y esperaba que su padre tuviera muy buenas explicaciones.
Por supuesto que el chico no tiene que reclamar nada, pero su familia es de su incumbencia y ellos no conocían a aquella mujer con la que se casaría el rey. ¿Cómo estaba tan seguro de que no se aprovecharía de todos? Del reino, de Sandringham, e incluso del país.












— Dime por qué me faltaste el respeto de esa manera.

— Esa no fue mi intención padre, le pido disculpas. Pero creo que al ser sus hijos tenemos derecho a saber qué es esta situación.

—Ustedes no deben cuestionar mis acciones. Soy su padre y aunque no les guste alguien será parte de nuestras vidas. Especialmente te lo digo a tí Jungkook, fuiste bastante grosero al dejarnos así en el almuerzo.

Jungkook agachó la cabeza, su mirada con ira pasó a una angustiada y triste. Tenía miedo de que la hermosa vida que alguna vez tuvo su padre con su mamá, la nueva mujer pueda reemplazarla y desvanecer sus recuerdos.

— Sé lo que estas pensando hijo, pero nadie en el mundo es como lo era tu mamá, mi amor por ella es eterno. — el rey dio unos pasos hasta quedar al lado del castaño, le dio un corto abrazo y se retiró de la sala.

Jungkook seguía decepcionado porque no logró que su padre le explicara la razón por la que se casaría.
Al menos sabía que seguía amando a su mamá. 
Miró al cielo por el enorme ventanal, pronto el sol se escondería así que saldría al jardín a admirar un encantador atardecer.




















Holaaaa, por fin tengo tiempo de escribir. Acabo de completar este capítulo porque la última vez lo dejé a medias. El próximo capítulo será de Seokjin ❤️

¡Gracias por leer!

Cuando seamos felices [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora