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Realmente tenía sus dudas sobre si darse una ducha o no, opto por deshacer el nudo de su rosada corbata con los dedos mientras despeinaba sus finos cabellos color anaranjado. Al reposar su cuerpo en las suaves sabanas de su cama deslizo su dedo por la pantalla de bloqueo de su celular al mismo tiempo que sus cansados ojos celestes navegaban por las cientos de fotos que reflejaba su móvil. Sus labios se abrieron ligeramente para dejar escapar un pesado suspiro que vacio todo el aire de sus pulmones, todo parecía ser aburrido hasta que frunció el entrecejo al ver cierta foto en instaran. Una persona posando hermosamente delante de varios girasoles en una puesta de sol, todo parecía estar tan estéticamente bien posicionado para que el protagonista fueses tu.
-Yo... creo que le conozco – inclino levemente su cabeza hacia un lado intentado recordar donde te había visto, divagaba entre sus pensamientos mientras enterraba sus ojos en acción de pensar -¡Claro! , estx chicx está en mi clase de francés – regreso la mirada hacia el móvil - ¿Cómo nunca había notado tal...belleza?
Algo aturdido por tal pensamiento decidió cerrar un poco los ojos para descasarlos, sin embargo fueron cuestión de segundos para que cayera en los brazos de Morfeo quedando completamente dormido aun con tu imagen plasmada en su pantalla.
Cuando la mañana cubrió los cielos de un tono anaranjado, tu alarma comenzó a sonar repetidas veces con la tonada predeterminada de tu celular. Dejando escapar un quejido, sentaste tu cuerpo en la orilla de tu cama, aun con una manta encima caminaste hacia la cocina y decidiste comer un tazón con cereal antes de arreglarte para las clases.
Después de perder la mirada en el suelo mientras masticabas el alimento, llevaste el tazón al fregadero y regresaste a tu cuarto, pocos minutos después saliste de este en dirección a la puerta de tu casa con tu mochila la cual reposaba en tu hombro y tu celular en la mano libre. Saliste de tu departamento con los ojos pesados y sin mirar de manera correcta el piso por el cual tus pies pasaban por encima. Después de una larga noche de insomnio decidiste que ibas a dormir en clases hasta el almuerzo.
Estabas a pocas calles de llegar a la escuela pero al sentir un pequeño dolor en tu cuello, consecuencia de ver tu celular por mucho tiempo, decidiste colocar una mano detrás de tu nuca y elevar la mirada hacia el frente.
Paraste en seco cuando observaste que estabas a punto de chocar con Sam, tu Senpai de la clase de Francés, el celular que tenia resbalo de tus manos al instante que te detuviste, sin embargo, suspiraste con alivio al ver que no llegaste a tocar a Sam .Sabias que había un monton de estudiantes que probablemente te arrancarían las extremidades si le llegases a poner un dedo encima.
-Oh, lo lamento S-Senpai – reverenciaste tu cuerpo, desde que te habías mudado a Japón se te hacia extraño el acto de disculpa, sin embargo no te molestaba.
-¡Cielos, tu celular! – el peli-naranja tomo tu móvil y lo examino para ver si había sufrido daños, que en efecto tenia – Lo lamento tanto – miro hacia tu posición y sintió como le robaban el aliento, eras la persona de las fotos de anoche, pudo reconocer fácilmente el color de tu cabello, junto con la manera en que lo peinabas, el color de tu piel y todos sus subtonos, el mismo se sorprendió de lo tanto que acordaba de ti.
