Per la morte con amore- Hoseok x Bts

Sette

Su bebé de un año estaba riendo por las caras que le ponía su padre, ellos dos eran inseparables. Hoseok veía todo con una sonrisa desde la cocina donde preparaba la comida.

-tengo tu nariz- le dijo con un tono agudo- ya no está

El niño no dejaba de reírse.

- Tae ya está lista la comida- el hombre se acomodo en su silla sin dejar de ver a su hijo.

Le puso un gran plato enfrente de él.

- huele delicioso querido- amaba la comida de su esposo después de un largo día de trabajo.

Cuando Taehyun nació su padre no lo conoció hasta dos meses después, fue la luz que iluminó su vida. Ahora siempre tenía una enorme sonrisa en el rostro, cantaba todo el tiempo y era amable con todos.

En serio que el matrimonio cambio mucho desde que el pequeño Taehyun vino a ellos, desde hace un año que Taehyung no bebía ni una gota de alcohol, ya no era agresivo no le exigía al castaño. La anciana iba a verlos cada fin de semana pero se iba rápido y ya no insultaba tanto a Hoseok.

- debemos hacer una fiesta, una grande como cuando nos casamos- dijo mientras comía.

- es un bebé no recordara si le haces algo tan grande- reclamo Hoseok.

En un mes sería el cumpleaños de su hijo, ya dos años de vida, Taehyung se lo quería celebrar en grande solamente porque era su hijo y el hecho de que estuviera con vida lo alegraba.

- todo el mundo debe de recordar que el próximo gran guerrero de Rursus cumplirá dos años- el niño aplaudió desde su lugar que están lleno de comida regada.

- claro, claro, pero aún así gurdemoslo para algo más especial como sus 10 años- sonrió- ahí te permitiré hacer algo gigantesco si quieres.

- es mucho tiempo- hizo un puchero- pero está bien. - Se levantó- ese día vamos a bailar hasta que no sintamos los pies.

Levantó a su esposo y comenzaron a bailar, daban vueltas bailando por toda la mesa. Para Hoseok la vida no podía ser mejor, poco a poco los malos recuerdos se desvanecían, tenía todo lo que quería. Acepto que Taehyung es su esposo y por ello no debía de pensar más en su antigua pareja.

- ¿Sabes que sería el mejor regalo para nuestro Tae?- se detuvo de bailar.

- mmh quizás un juguete o ... Un pastel- Taehyung le dió un beso en la mejilla.

- algo mejor y que le diré todo la vida

- un amuleto o una joya valiosa- su esposo seguí negando.

- no y no, creo que un hermanito sería el mejor regalo- el castaño no dijo nada y forzó una pequeña sonrisa.

- podemos intentarlo- con un hijo tenía más que suficiente, pero no quería problemas con su esposo.

- así se habla- le dió varios besos- sinceramente no sé porque no tenemos más hijos si jodemos como conejos- metió la mano al pantalón del más bajo y con un dedo tocó su estrada- si mi esposo siempre está caliente y listo para mi polla.

Gimió, era cierto siempre tenían sexo como locos, algo extraño que había notado desde que comenzó a tener relaciones con Taehyung era que siempre tenía ganas de sexo, podía hacerlo todo el día. No sé lo decía a nadie, ya que a pesar de que en Rursus había una mentalidad diferente, el sexo era visto como algo muy privado y casi sagrado. Un hambre sexual desorbitada no significaba una bendición de la muerte, si no una maldición, ya que normalmente eran pelados por los hombres y engendrar con ellos hasta la muerte. El sexo era sagrado porque era un momento fugaz, era algo complicado.