Capitulo 1

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Normalmente, todos se preguntarán, ¿Que se sentirá asistir a Hogwarts?, Bueno, yo podría decirles que se siente bien, claro cuando no tienes encargos por parte de tu padre, los cuales debes cumplir.

-Hija, ¿Cómo dormiste?

Algo extraño en mi padre, es que, un día te pregunta cómo estás, cómo dormiste, pero, luego de un rato deja toda su amabilidad de lado.

-Bien padre, ¿ Y tú?

-Bien -dijo sin darle importancia- ¿Cómo vas con respecto a Potter?

Y ahí está a lo que me refiero.

-Pues que te digo, Harry y sus amigos, en especial Hermione, me han tratado muy bien. No sospechan nada.

-Eso me alegra querida -dijo mientras comenzaba andar hacía la salida- anda ya el tren se te irá, te encontrarás con Riddle y Malfoy haya.

Señaló la puerta.

-Y recuerda no puedes enamorarte realmente porque...

-Si no los crucios irán hacia mi -lo interrumpí antes de que terminara la palabra.

-Bien dicho hija.

Después de eso subí y tome mis cosas ni si quiera me tomé la molestia de despedirme de mi padre, para el era mejor estar solo y no cuidar de nadie, que estar con su hija.

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Cuando llegue a la estación, ya había padres y madres despidiéndose de sus hijos, dándoles abrazos y besos.

Subí y al tren y empezé a buscar algún lugar desocupado.

Esperaba encontrarme con Harry, pero no, para mí suerte fue otra persona la que se cruzó en mi camino.

-¿Buscas a alguien?-dijeron a mis espaldas.

-No solo buscaba lugares libre.

Me dí vuelta y ahí estaba el. Mattheo Riddle. Mi dolor de cabeza.

-¿Crees que soy idiota? -pregunto con el ceño levemente fruncido.

-Bueno, siempre he tenido mis dudas.

Me miró aburrido.

-No lo tienes muy claro-afirmo.

-¿Has visto a Harry?-le pregunté mientras veía por detrás de el.

-Ahora hasta Harry es. -dijo soltando una carcajada.

-Pues si -me cruze de brazos.-lo has visto o no?

Dudó un momento antes de contestar.

-No, no lo he visto.

-Ya, entonces buscaré un lugar.

-Siempre puedes ir encima de mi, lo sabes no?

-No sería muy correcto. -dije simplemente.

Lo rodé, y antes de que diera el segundo paso, me tomo del brazo.

-Iré contigo.

No dije nada, y comencé a caminar nuevamente.

-Bien, aquí ay un lugar libre -señale entrando en un vagón-¿Te has topado a Draco?

-No, supongo que ah de estar con unas de sus tantas chicas.

-¿Y a Zabini? -pregunté mientras me acomodaba en el asiento.

-¿Porque te interesan tanto esos dos?-preguntó, interesado con el tema.

-Te recuerdo que son nuestros amigos.

-Tus amigos.-me corrigió.

-¿Que te pasa hoy Riddle? -pregunté hastiada- estás más extraño que de costumbre, acaso papi no te dejo torturar a alguien? -dije haciendo puchero para después soltar una risa.

-Cállate, Rosier -dijo volteando a otro lado-¿Porqué mejor no te vas a otro vagón?, tal vez te encuentres al risitas, y al del ego más alto que DiCaprio.

-Prefiero ir a buscarlos y sentarme con ellos que estar contigo -le dije frunciendo el ceño-Tus cambios de humor me dan dolor de cabeza.

Antes de que pudiera tocar la puerta, me tomo del brazo.

-No te lo decía enserio.

-Ya.

-De verdad.

Ninguno de los dos dijo nada más. Era mejor mantener el silencio con el.

Entonces alguien abrió la puerta de golpe.

Mattheo y yo dirigimos nuestra mirada hacía ahí de inmediato.

-¡Ey! -entro Draco sonriendo, cómo si la vida se le fuera en ello.- Aquí están, estamos por llegar, deberían ir a cambiarse ya.

Mattheo y yo lo miramos confundidos.

-¿Y a ti que mosco te pico?-le preguntó Mattheo.

-¿Por qué?

-Por nada, Draco.

-Okay -hizo un gesto restándole importancia- pero hablo enserio, deberían cambiarse ya.

-Que insistente mamá.-bromeó Mattheo.

-Eres verdaderamente irritante, vienes Morgan?

-Si, ya te alcanzo, solo buscaré mi túnica.

Draco, asintió y salió de ahí.

Mattheo, que no se había movido ni un milímetro, desde el momento en el que Draco salió, me miraba fijamente ya que no alcanzaba mi túnica, estaba demasiado arriba.

Entonces hizo algo bueno por primera vez en su vida.

Se levantó y la tomo. Creí que me la daría pero solo se limitó a ponérsela tras la espalda.

Suspire exasperada.

-¿Me la das por favor? -me giré para mirarlo bien.

-Cuando quieras -dijo, con una sonrisa pícara.

-Hablo de la túnica.

-También Rosier.

-Mattheo es encerio, no alcanzaré a cambiarme. -intente quitársela.

-A veces me preguntó, ¿Por qué Morgan es tan odiosa?

-¿Ha sí? ¿Y que te respondes?

-La verdad, nunca he encontrado un respuesta, esperaba realmente qué tú podrías darmela.

-Dejate de juegos y dame la túnica.

Sonrío burlón.

-Bien, ten. -me extendió la túnica, y sin pensarlo la tomé.

Me giré, y abrí la puerta, pero antes de poner un paso fuera, su voz me detuvo.

-Solo para que sepas.

Lo mire.

-Potter y sus dos amigos te buscaban desde que subieron al tren.

Que irritante.

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