Capitulo 2

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El camino de regreso a Hogwarts fue algo... Tranquilo, si, tranquilo.

Al llegar, fue lo mismo de siempre, discurso de Dumbledore, y sus recomendaciones.

Nos sentamos en nuestras respectivas mesas. Mattheo a mi lado derecho, Draco a mi lado izquierdo.

-¿Desde cuando las cenas se volvieron tan aburridas en Hogwarts? -pregunto Blaise, rompiendo el silencio que se había formado en nuestra mesa.

Blaise, por cierto, estaba sentado frente a Draco, nos dijo que no se había sentado con nosotros en el tren porque, según el, se había extraviado. Decidimos no preguntarle nada.

Por ahora claro.

-Todos han andado muy preguntones hoy. -dijo Mattheo.

-Cuando terminemos nuestros últimos 2 años, Mattheo, nos extrañarás -le dijo Blaise, guiñándole un ojo.

-Lo dudo.-dijo secamente.

-Creo que al que más vas a hechar de menos de todos nosotros -continuo Blaise, ignorando el mal humor con el que había llegado Mattheo.- es a mi.

-Eres como un grano en el culo Zabini -dijo Draco, mirándole mal.

-¿Cómo?, ¿Cambiando sus vidas? -pregunto sonriendo.

-Si.

-Ayyy, no saben cuánto los amo -dijo limpiándose una lágrima imaginaria.

-Si, Blaise, pero para mal.-dijo ahora Mattheo.

-Pues no me importa lo que ustedes dos, par de amargados, digan de mi, estoy seguro que Morgan me ama más que a su propia vida -les dijo claramente ofendido.

Entonces, me miró.

-¿No es así, Morgan? -me dijo haciendo ojitos.

Sentí las miradas de Mattheo y Draco a mi lado.

Yo, por cierto, tenía la mirada clavada en la mesa de Hufflepuff. Así que cuando Blaise pregunto, solo me límite asentir.

-¿Ven cómo me ama? -dijo Blaise sonriendo.

-Pero si ni siquiera te está mirando a ti Blaise. -le dijo Draco mirando también hacia la mesa de Hufflepuff.

-¿Ha quien miras tanto, Morgan?

-¿Desde cuándo ese chico asiste a Hogwarts? -pregunté señalando a un chico que estaba sentado junto a Cedric, platicando animadamente.

-Ni idea de quién sea. -contestó Draco, encogiéndose de hombros.

-Que observadora eres Morgan. -dijo Mattheo, enarcando una ceja.

-¿Desde cuando le estás mirando? -pregunto Blaise.

-Desde que se sentó aquí claramente. -le contestó Draco.

Aparte la mirada de esa mesa, para mirar a mis "amigos" con mala cara.

-¿Que ustedes no tienen nada que hacer?

Pero, antes de que pudieran contestar, Mattheo los interrumpió.

-¿Por qué tan interesada en el?

Lo mire hastiada.

-Solo lo observaba.

-¿Como pudiste verlo desde aquí?

-¿Por qué tan interesado con el tema?

-Golpe bajo -le susurro Blaise a Draco.

-Solo curiosidad.

-Bien, pues lo mío también es curiosidad.

Me levanté y me encaminé a las mazmorras. En el camino me tope con mi mejor amiga.

Lily Tremblay.

Hija de padres muggles, la menor de sus 3 hermanos.

-¡Hola Morgan! -dijo saltando a mi para envolverme en un abrazo.

Yo no era mucho de abrazos, pero con ella era la excepción.

Se preguntarán, ¿Por qué Morgan Rosier, es amiga de una muggle? ¿Y cómo es que su padre la deja tener amistades así?, Bueno, simple, mi padre no sabe nada.

-Hola Lily -dije devolviéndole el abrazo.

-No sabes lo feliz que me hace verte de nuevo. -dijo alejándose.

-Bueno pues si te hace feliz, a mi igual -le regale una pequeña sonrisa.

-Me sorprende que aún así, yo siendo mugg...

-No lo digas. -la interrumpí antes de que terminará de decir lo mismo de siempre.

-Si, ya, eso a ti no te importa.

-Exacto.

-Bueno, ¿y cómo es que tú trío de amigos aceptan esto? -preguntó acomodándose un mechón de cabello tras la oreja.

-Digamos que los tengo amenazados. Ya sabes, con eso de los crucios y los avada...

-¡No! -me interrumpió- no lo digas.

Reí con diversión.

-Mi hermano llegó hoy. -dijo cambiando repentinamente el tema.

Pero su expresión no era de felicidad, era más bien... Desanimada.

-¿No deberías estar feliz? -pregunte con el ceño levemente fruncido.

-Bueno es que... Él y yo no nos llevamos muy bien que digamos. Él...-se interrumpió a si misma bajando la mirada.

La mire sin entender.

-Vale, ¿Qué pasa? -pregunte sin rodeos.

Me miro de inmediato.

-Podemos hablarlo mañana?, Ya es muy tarde y no quisiera ganarme un castigo el primer día de clases. -dijo ruborizada.

Era extraño verla así pero no quería presionarla, así que simplemente asentí.

-Ya, te veo mañana Morgan.

Y salió corriendo. Sin más.

Yo, en cambio, volví a caminar nuevamente hacía las mazmorras.

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