Introducción

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...No pienses en el pasado...
...Piensa en el futuro...

Se despierta de sobresalto con esas palabras retumbando en su mente. Se sentía agitado, su respiración era rápida y entrecortada. Su corazón latía rápido y con fuerza. Pareciese como si se hubiese despertado de un mal sueño, una de esas pesadillas profundas que inundan tu conciencia por el resto del día. Entonces vuelve en si mismo, y observa su alrededor.

Su mirada era penetrante, su rostro mostraba confusión...

-Dónde estoy????- se preguntó Adam a si mismo.

Observa su alrededor con más cuidado que antes...

Se encontraba acostado en una cama de hospital, las paredes de la habitación eran color celeste. Mira hacia su izquierda para encontrar una mesilla de metal, empolvada completamente. De hecho, la habitación entera estaba llena de polvo, como si hubieran pasado años desde la última vez que un ser vivo hubiera pisado el lugar. A su derecha había una ventana de cristal tapada con una cortina verde.

Él corre la cortina para observar el exterior...

Tras correr la cortina, automáticamente por su espalda corrió un escalofrío, una sensación de que algo no estaba bien...
La ventana estaba sellada...
Por fuera...

Era como si alguien quisiera que él no saliese, como si quisieran mantenerlo cautivo ahí dentro...

No tarda en levantarse rapidamente. En un costado de la habitación había una puerta. Camina rápido, a un paso veloz, con cada paso su cuerpo temblaba más, sus pisadas eran nerviosas, débiles, como si el simple hecho de caminar lo dejara exhausto.
De pronto se detiene, sus pies no se mueven, no tienen fuerzas, lo intenta... pero no es capaz de moverse... tiene miedo? Sí. Sentía una desesperación terrible, un miedo incontrolable...

Intenta pensar por un segundo e intenta mantener la calma...
Entontces empieza a respirar hondo...
(Inhala... Exhala...)
Pasaron 10 segundos, 10 segundos q para él fueron como 10 horas seguidas de pelea contra un enemigo insuperable, el miedo...

Una vez que se calma se relaja, y observa un espejo, que no estaba ahí la primera vez que miró la habitación.

-Me estaré volviendo loco???-pensó

Los pies de el chico se movieron instantaneamente hacia el espejo, como si se sintiera atraído... se dejó llevar por esa sensación y se acercó...
Notaba como su cuerpo se movía con cierta fluidez, como si otra persona lo controlara...

Nuestro protagonista se mira en el espejo... Observa su rostro...
Su cabello castaño oscuro, su rostro sombrío, sus ojeras notables, su nariz prominente y su barba algo escasa...
Mira su ropa...
Llevaba una sudadera negra, manchada de algo (no se veía bien que era)
Sus pantalones eran negros igual y sus zapatos eran unos deportivos negros, aunque tenían una ligera franja blanca, manchada de rojo...

-Será esta mancha, la prueba de que lo que tengo en la ropa es sangre??? -Pensó algo asustado y confundido- Esto no tiene sentido, ni siquiera puedo recordar algo antes de despertarme... No puede ser!!! Y-yyy-yo ni siquiera recuerdo quién soy!!!
No paraba de mirarse desesperadamente, ni su nombre era capaz de recordar. Había pasado por alto ese detalle tan simple como su nombre...

La mente de él se quedó en blanco durante unos segundos, el final de esta confusión, fue el oír una voz que decía:
-Adam es tu nombre...
Él sintió como estas palabras retumbaron en su mente...

-Cierto! Yo soy Adam! Pero... no puedo recordar nada más... ni mi apellido -diciendo esto último echa a reír- Qué inútil soy, ni si quiera he revisado la puerta y ya estoy llorando del miedo...

Adam mientras decía esto miraba hacia el suelo mientras su rostro hacía muecas de miedo, desesperación... Cae de rodillas al suelo...
Sería su final??? Esta pregunta retumbaba en la mente de Adam. Era como una pelota que rebotaba dentro de su cabeza, lo único que podía hacer era sentarse en el suelo y llorar...
Llorar de la frustración, llorar del miedo a abrir la puerta y encontrar un destino peor del que imaginaba...
Pasó un tiempo hasta que el pobre terminó de reflexionar acerca de lo poco que sabía, ni siquiera podía pensar en sus seres queridos, por el sinple hecho de que no los recordaba.

Se levantó con intención de ir hacia la puerta, pero aún el miedo lo dominaba. Pero mientras hacía esto vió un documento sobre la mesita...

-Mientras más sepa de este lugar mejor, así tal vez esté más seguro -se dijo a sí mismo, aunque esto en el fondo no era más que una simple excusa para saciar su curiosidad y evitar el problema real.

*Abre el documento sobre la mesa

Se encuentra con 2 hojas blancas,
La primera de ellas empezaba con el encabezado siguiente:
N- 312
Edad: 23
Estatura: 1.76m
Peso: 78 Kg
Género: Masculino
Nombre: Adam

La siguiente hoja eran códigos incomprensibles en lenguaje binario, pero uno de ellos estaba escrito en mayúsculas y con letras normales, aunque seguía siendo incomprensible:

/First
E.E.J S.A.L.F (1)
7.2.5 9.1.2.4
/Last
A.L.O E.=.A.E

*Adam mira la primera hoja.
-Será este lugar un hospital del que soy un paciente? Tal vez estoy loco -pensó Adam

*Adam pasa a la segunda hoja y la mira con desprecio.
-Aunque no lo recuerde, lo más probable es que no era bueno en las matemáticas del cole -Adam se ríe de su propio chiste, aunque en el fondo esto no es más que una manera de aliviar su miedo y distraerse de la desesperante realidad.

A Adam le llama un poco la atención el código que se mostró alla arriba, aunque pasados unos segundos, le restó importancia...

Adam deja la hoja y respira profundo, se rota en dirección a la puerta, la cuál quedaba justo detrás de él...
Comienza a caminar decidido, valeroso, con un paso firme y seguro. Cada paso hacia la puerta retumbaba dentro de su ser. El miedo dentro de él hacia eco, y a la vez fortalecía su coraje.

-Una simple puerta -pensaba

Sus pasos cada vez se sentían más temerarios, más valientes y desafiantes. Su mente cada vez pensaba menos en lo que podría haber fuera. Tal vez eso era la razón por la que seguía avanzando...
Lo que fueron 10 pasos, se sintió como una caminata eterna, una caminata hacia un destino desconocido...

Llegó frente a la puerta y se detuvo... la miró intensamente, como si fuera un rival, un enemigo al cual vencer... La verdad es que el único enemigo allí era su propio miedo...

Adam estira su brazo y agarra la manija, la gira y abre la puerta...

FASE MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora