Los limites del dinero y el amor (kambe X reader)

Parte 3 Corrección

-Lo lamento no debí ha ... esta fue interrumpida por un beso. Daisuke la estaba besando de manera agresiva.

- Es culpa tuya. Susurro en su oído. La castaña se tensó.

Esta no respondió estaba en un completo shock por la situación y no era capaz de formular palabra alguna. Tomo valor y respiró pesadamente.

- ¿Qué es mi culpa? Preguntó fingiendo tranquilidad. Kambe pudo notar su nerviosismo por muy bien disfrazado que estaba después de todo era su esposo y la conocía mejor que nadie.

-Te amo. Susurro en el oído de la castaña, esta dejó escapar un suspiro.

Se volteó de manera rápida pero no la suficiente como zafarse del agarre de kambe. Este la tenía por la cintura con una mano y con la otra levantaba su barbilla para que lo mirase.

Habia algo que no tranquilizaba a la castaña, aunque era su esposo a veces podía llegar a ser agresivo, pero estaba completamente segura de nunca llegaría a hacerle daño.

El agarre fue perdiendo fuerza, pero, la mirada en el pelinegro no se desviaba, estaba atentamente posada en la chica.

-No quiero hacer nada que pueda lastimarte ni obligarte a hacer algo que no quieras. Las palabras del pelinegro eran sinceras, aunque el tono con el que fueron pronunciadas fue frío su esposa sabia que eran reales y en realidad las sentía.

-Mírame. La fémina dijo en un tono bajo y con tranquilidad. Se que estas estresado y todo este ajetreo puede llegar a ser demasiado para ti.

- ¿Sabes mi manera de arreglar nuestros problemas, no es así? El tono sonaría cálido para cualquier persona, pero para su esposa sabia que no estaba del todo tranquilo, Daisuke estaba perdiendo el control de la situación, quería tenerla, bajo su mandato, rogando por él, mientras pedía perdón y soltaba lagrimas que se podían confundir entre placer y arrepentimiento.

-Lo sé perfectamente.

Con esas palabras la mayor sabía que su esposa estaba de acuerdo, la besó y el beso fue suave, ahora estaba más tranquilo.

Comenzó a desplazarse suavemente por el cuerpo de la chica, la cual reaccionaba a su toque, de manera suave y provocando placer bajo dejando un camino de besos por el cuerpo de la femenina. La cual solo podía suspirar en tono alto y rogar para que no se detuviese.

La ropa se hacia innecesaria con cada minuto que pasaba. Por ende, cada uno se fue despojando de sus prendas hasta quedar tan solo en interiores, suspiros ahogados y gemidos por parte de ambos.

Ya desnudos, consumidos en placer, el chico se posiciono frente su pareja, alineado su miembro en la entrada de su amada esposa.

La femenina se limitó a gemir y mover sus caderas arqueando de vez en cuando su espalda. No pasó mucho tiempo para que la sensación de un orgasmo que llegaba se hiciera presente en ambos. Las embestidas eran irregulares habían perdido el ritmo, aunque seguían provocando ese placer indescriptible en ambos.

El gran preciado orgasmo habia llegado, enviando oleadas de placer y corrientes eléctricas por el cuerpo de ambos. Los gemidos de ambos resonaban en la habitación. Ninguno quería parar, ni menos separarse, se amaban, se necesitaban.

-No necesito más más esto, te amo y siempre lo haré cariño, perdón si no puedo ser siempre el esposo perfecto, pero prometo que cambiaré, solo porfavor no te vayas de mi lado, quédate así conmigo siempre y prometo que te haré la mujer más feliz del mundo, si me lo permites.

Sin dudar ni titubear la fémina lo abrazo y lo beso, con tanta dulzura que le reafirmaba que lo amaba y que siempre estaría ahí para él.

-Te amo.

No quedo como hubiera querido pero no me siento bien como para escribir y forzar a sacar palabras de mi para este libro. Aunque tampoco me gusta dejar las cosas sin terminar. Esta un poco mediocre, espero puedan perdonar eso.