Conexiones

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El silencio y la paz al fin yacían en la totalidad de mi ser, llenando mis pulmones incluso en mi última inspiración. Era realmente relajante ver el cielo en cualquier momento del día. La luz entraba entre los grandes pinos del rededor de mi casa, entre todo solo reinaba el silencio. Un viento suave que movía mechones de mi pelo acariciaba suavemente las hojas secas del suelo. Todo era tranquilo, todo era perfecto.
Siempre me he sentido conectada con la naturaleza, sobretodo con el clima.
Cuando llueve me siento como si yo fuera cada gota de lluvia que cae rápidamente del el cielo. El cielo cuando llueve tiene un suave parecido con el mar por el color azul marino y por las grandes nubes que son unas más blancas que otras simulando así la espuma del mar. El vacío que tenía se llenaba por un instante de minúsculas gotas de agua.
Cuando hace sol me siento poderosa, me siento como si chispas de fuego nacieran en las yemas de mis dedos.
Cuando el cielo está nublado siento como si hilos transparentes cosieran con delicadeza todas mis heridas, dejando una cicatriz para recordar lo que me hizo y me sigue haciendo fuerte cada día. Las nubes eran pequeños trozos de algodón que curaban todos los cortes de mi corazón alejando cualquier dolor.
Cuando nieva cada copo de nieve alimenta mi alma hasta el punto de sentirme bien conmigo misma aunque solo fuese por unos instantes. Es como si el hielo que se crea en las calles fueran caminos hacia nuevas oportunidades, hacia nuevos sueños. Sueños que tarde o temprano se me romperán en mil pedazos, pedazos que se transformarán en vidrio que harán varios cortes, más grandes o más pequeños en mi corazón.
Cuando hace tormenta es como si cada rayo me transmitiese su total energía, y los relámpagos es como si su resplandor iluminase nuevas rutas hacia nuevas ideas.
En cambio con la niebla todavía no siento ninguna conexión, en vez de eso siento como si todas las heridas que el tiempo me cicatrizó se me abrieran de nuevo dejando otra vez esa herida completamente abierta. No son heridas físicas, son heridas invisibles que se te quedan grabadas en el alma, en el corazón. Heridas que con esfuerzo y tiempo puedes llegar a cerrar y cicatrizar pero nunca borrar del todo. Siempre se te quedará una cicatriz, que si eres como yo, cualquier día de niebla se te volverá a abrir.

Frente la niebla, la lluvia y los rayos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora