Capítulo 1: No quiero jugar al escondite

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Hertford, un agradable pueblo de Londres, allí viven Helen Lovelace una niña de 11 años, rubia de pelo ondulado y por los hombros, ojos grandes y marrones y su complexión de cuerpo delgada, era un poco alta para su edad y era blanca. Por lo general era muy alegre y divertida así que le caía bien a la mayoría de los niños en la escuela

Jane Lovelace, su hermana pequeña que tenía 9 años tenía el pelo castaño muy oscuro, casi azabache, liso y un poco por debajo de los hombros, y de ojos verdes. Jane a veces podía ser muy odiosa pero por lo general es amable y un poco reservada, prefería tener un grupo pequeño de amigos a tener uno grande, ella suele ser más seria que Helen, pero había veces que hacía tonterías como cualquier  niña de su edad.

Ellas siempre jugaban en un bosque, porque les parecía un lugar tranquilo donde los niños no molestarían con sus pelotas de fútbol, además a Jane le encantaba el ambiente de los bosques.

15 de Octubre 1996

Era un martes por la tarde tranquilo como siempre, sin ningún disturbio que perturbara la hermosa tarde de los habitantes de Hertford. Esa tarde Helen y Jane decidieron ir al bosque de siempre a jugar al bádminton un juego típico de Londres.

Las hermanas llegaron al bosque y Helen empezó a sacar la raqueta cuando oye a su hermana decir algo

-Helen no tengo ganas de jugar al bádminton ¿Podemos jugar a otra cosa? - Dijo Jane mientras miraba a la raqueta que estaba sacando su hermana

Helen deja caer la raqueta al suelo y se gira a ver cara a cara a Jane con el ceño fruncido- ¿Es enserio Jane? - Cómo si la casa estuviera aquí al lado - espetó cabreada

Después de escuchar la queja de Helen, Jane aprieta los puños y también frunce el ceño- ¡Pues ahora si que no voy a jugar! - se dio la vuelta y se sentó de brazos cruzados

Helen con el ceño fruncido y con la paciencia al límite dice- ¡Pues ahora vas a jugar! - alzó la voz aún más enfadada

Jane empezó a enfurecerse y también alzó la voz- ¡No tienes que decirme qué tengo que hacer! ¡No eres mamá Helen!

La paciencia de Helen explotó y empezó a gritar- IGUALMENTE SOY TU HERMANA MAYOR! ¡TENGO TODO EL DERECHO A DECIRTE QUE DEBES Y QUE NO DEBES HACER!

Jane se levantó del suelo rápidamente y enfurecida también empezó a gritar- ¡DIOS HELEN ERES MAYOR QUE YO POR UN AÑO Y SIETE MESES! Además, ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Estás súper borde!

- Jane me has estado todo el día diciéndome que fuéramos al maldito bosque a jugar, te dije que no porque no tenía ganas, ¡Y aún así fuiste una pesada y me has estado molestando hasta que hemos venido! ¿Y ahora me dices que no quieres jugar? ¡Vete al diablo Jane! - gritó con todas sus fuerzas

- ¡Cállate Helen, tú eres la pesada y mandona! ¿Sabes qué? ¡Me voy, eres la peor hermana del mundo! - gritó con todas sus fuerzas

- ¡Vete! ¡Vete al final del bosque si quieres, allí no molestarás! - gritó Helen señalando el frondoso bosque que se encontraba detrás de ellas

- ¡Buena idea! ¡Así no te veré más! - gritó Jane mientras echaba a correr adentro del bosque

Helen vio a su hermana adentrarse en el bosque e hizo una mueca de asco, acto seguido recogió las raquetas y se fue a casa.

Helen llegó a casa y pegó un portazo, al instante tira con fuerza las raquetas al suelo y se sienta en el sofá a ver la televisión.

Sin embargo, pasaron 3 horas desde la discusión en el bosque y Jane no llegaba aún. En aquel entonces eran las 20:30 y a las 20:00 Jane debería haber llegado ya que era la hora máxima que podía estar en el bosque. Apagó la televisión y se levantó del sofá para dirigirse a la puerta principal, sin embargo, recordó las palabras de su hermana y dio la vuelta para sentarse de nuevo en el sofá a ver la televisión.

𝗔𝗻𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗪𝗼𝗿𝗹𝗱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora