La conversación

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Paula y Carol se encontraban fumando en el sofá de la rubia, una frente a otra con sus piernas cruzadas mientras los demás compañeros hacían y deshacían por la cocina, cubatas, cena, cervezas.
Roger había optado por no ir, después de la función, la morena le invitó con permiso de Paula, pero se sentiría fuera de lugar, y es que eran los amigos de su pareja, no lo suyos.
Paula habría estado encantada con que viniese, era un chico encantador y habían hecho buenas migas, pero, al no estar presente, tendría oportunidad de escuchar a Carol, y entender por qué no es oro todo lo que reluce.
-Bueno, ¿Vas a hablar o nos fumamos todo el paquete de tabaco antes?-Río la rubia mirándola.
-Idiota que eres, es que, no sé por donde empezar, no me malinterpretes eh, te lo quiero contar, pero, nunca hemos hablado de nuestras cosas.
-Te entiendo, pero, creo que ya tenemos algo de confianza, ¿No?
-Sii... y además, no puedo hablarlo con mis amigos, porque también son amigos de Roger...
-Suéltalo Carola, va, yo no te voy a juzgar.
-Tengo la sensación que desde que he empezado en Amar, me he distanciado de Roger...
-Bueno, a ver, que es normal que estas cosas pasen, estás muchas horas fuera.-Dijo dándole un trago a su cerveza.
-Sí, pero, es que las que estoy en casa son como si no estuviese.

Es verdad que desde que Carol había empezado a trabajar en Amar, pasaba como mucho tres horas en casa cada día, sin contar las que dormía, y cuando estaba en casa tenía poco tiempo para ella, pero las pocas horas que estaba en casa, no se sentía acompañada, hablaban, cenaban juntos y dormían abrazados, pero no se sentía bien con eso, todo se había enfriado. Roger le preguntaba qué tal el día, preparaba la cena y se iba a dormir, los findes de semana hacían vida social juntos con su grupo de amigos, pero nada de planes de pareja. Y eso a Carol le dolía, le dolía más que discutir con él y decirse de todo.
-¿Cómo?.-Dijo la rubia sin creer si estaba entendiendo bien.
-Pues, que llego, cenamos juntos, hablamos diez minutos y nos vamos a dormir, así cada día, y nunca hemos estado así.
-¿Cuánto lleváis?.-Le dio una calada al cigarro, y la morena se le quedó mirando por inercia.
-Unos 7 años.
-Puede ser que se haya enfriado la relación después de tanto tiempo, supongo que es normal, lamento decirte que mi relación más larga ha sido de un año, así que no he llegado a esos puntos.-Dijo sonriendo tristemente.
-Bueno,  quizá tienes razón y son solo paranoias mías, están siendo unos meses aburridos para él, y está cayendo en la monotonía, como curra solo en el teatro y luego está siempre en casa...
-Seguro que es eso Carol.-Le dijo revolviéndole el pelo y acercándose para darle un abrazo.
-Aiis, no me abrazes que estoy sensible y he bebido un poco.-Dijo intentado zafarse de su agarre.
-No huyas Carolaaa.-Apretó más y finalmente la morena optó por dejarse abrazar y hundió su cara en el cuello de la rubia, absorbiendo su aroma.
-Ehem, bueno vamos a por un cubata, basta de lloriqueos.-Dijo nerviosa la catalana.
-¿Qué pasa morena, qué te pone nerviosa estar cerca mío?-Dijo la valenciana con una sonrisa pícara a causa del alcohol que llevaba encima, sabiendo que probablemente cuando estos efectos se fuesen, se arrepentiría de sus formas.
-A mi solo me pone nerviosa la Luisi.-Dijo intentando parecer seria.
-Que era broma tonta, venga va, tira.-Dijo dándole una palmada en el culo y empujándola hacia la cocina.
-Como cambias de tema  eh. -Se encaminó hacía la cocina cediendo ante su compañera y se encontraron a Lucía observando aquella escena con una cerveza en la mano y la ceja para arriba, algo que no pasó desapercibido para ninguna, ya que se giraron y se miraron con vergüenza .
-Rubia, ¿No habré visto yo un tonteo por ahí no?
-Que noo, pesada, que me estaba contando sus dramas amorosos y la he intentado animar.
-¿La has intentado animar, hablándole como una PlayBoy para ponerla cachonda, no?
-¿Pero tia, qué dices? Que no, solo pues intentaba cambiar un poco su ánimo.
-Yaa... Bueno...
-Ejehm ejehm, atención atención.-Grito Angy subiéndose a la silla.
-Sí, súbete que no te ven los del final.-Gritó Lucía riéndose.
-Eres gilipollas.-Río Angy, ya un poco borracha.-A ver, ¿Vamos todos suficientemente borrachos para jugar a la botella?
La cara de todos cambió, a cada cual más loco en este grupo, pero con las cervezas que llevaban encima y los cubatas que tenían en la mano, toda idea les parecía buena, y si provenía de Angy, más todavía, así que, hicieron un circulo en el suelo, y cogieron una botella de cerveza para comenzar.
-Vale a ver, voy a cambiaros un poco las normas, que no va a ser esto comerse la boca porqué sí, y los que tenemos pareja, pues, tendremos que hacer otra cosa que no sea besaros, aunque se que os morís de ganas por probar estos labios.-Dijo Angy sensualmente.

LA REALIDAD DE LA FICCIÓN (PAUROL-LUIMELIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora