﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋ Un nuevo día en Grace Fiel, soy Norman y tengo 11 años, vivo en un orfanato llamado Grace Field. Mi vida es tranquila y común, tengo una madre, Bueno, una cuidadora llamada Isabella. También tengo amigos, se llaman Ray y Emma.
Emma es una chica alegre, amable y se preocupa por todo mundo, también es linda, la considero como una hermana. Mientras que Ray es un chico más tranquilo, un poco amargado, mal humorado pero a diferencia de Emma no lo puedo considerarlo mi hermano, eso sería incesto.
Tengo claros mis sentimientos hacia Ray, sin embargo los oculto, estoy seguro que él no está enamorado de mi, pero no puedo forzarlo a amarme, solamente me queda resignarme. Para mi buena suerte, nadie se da cuenta de mi sentimientos hacia mi emo, si alguien se enterara...¡Estaría muerto!.
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Eran las 6:10 am, me desperté, para mi buena suerte comparto habitación con Ray y lo puedo ver cuando me despierto. Me fui al baño a cambiarme, cuando salí todos se cambiaban pero Ray ya no estaba. Seguramente se fue al comedor. Me fui corriendo al comedor y si, ahí estaba sentado.
— ¡Buenos días, albino! — Gritó Emma, estaba corriendo por todos lados con Phil.
— Bueno días, Emma.— Le di los buenos días, para después irme a sentar junto a Ray. Emma se sienta frente a nosotros.
— Buenos días, Ray.— Saludé a Ray, el estaba viendo a la nada con una mirada pensativa, ¿En que pensara, o en quien?
Me perdí en mis pensamientos, ¿Ray pensará en alguien?, ¿Será en mi?, ¿O estará pensando en una chica?, ¿Es hetero o gay?
— ¡NORMAN! — Gritó la chica frente a nosotros, me perdí en mis pensamientos que ni caso les presté.
— Perdón...— Me disculpe avergonzado, Ray ya estaba comiendo al igual que Emma.
— Norman que atrevido, te comías a Ray con la mirada.— Hablo Emma, sentí mi cara arder y mire a Ray, mantenía una mirada neutra.
— ¡No!, es que se ve diferente, ¿acaso te peinaste diferente? Si, te ves diferente pero no digo que te veas mal ¡te ves igual de bien que siempre! — Balbuceé. Emma, desearía que me hubieras interrumpido.
— ¿E-Eh? Nunca me peino, Norman.— Admitió Ray, trágame tierra, Emma se mantenía en silencio, eso es nuevo.
— Norman...acaso te...— Emma no pudo terminar de hablar, mamá la interrumpió, gracias mamá.
— ¡Mis niños, demos las gracias por los alimentos! — Ordenó mamá con su dulce tono de voz, seguimos sus órdenes.
