Tú Amante

69 1 0
                                    


-- ¡¿Ya estás aquí?!--exclame sorpendído, después de cerrar a mi espalda la puerta de la habitación 34 del motel.

-- Por supuesto -- me respondiste con una sonrisa, levantandote del sillón rojo y mirándome con tus adictivos ojos café.

Voy a tú encuentro y te beso con pasión.

Me conformaba con ser tú amante, era un grato placer tenerte a mi disposición por un par de horas aunque después regresarás a tú vida normal.

Me deshago de tú ropa al tiempo que me ayudas a quitarme la camisa.

Te voy llevando de espaldas hasta hacerte caer en la cama
Te tomo me las manos y comienzo a besarte en los labios, colocandome sobre ti, bajo con cuidado acariciando cada milímetro de tú cuerpo al llegar a tus senos puedo notar que están endureciendos, con mi lengua comienzo a juguétear alrededor de ellos mientra me detengo por momentos para succionar mientra miro tú cuerpo erizarse y escucho tus gemidos entre tú respiración entrecortada.

Mi mano viaja a tú vagina húmeda y comienzo a penetrarla con un dedo y después agregó otro y aceleró mientras acaricio tú clítoris.

Te escucho gemir por el placer y son las únicas palabra que necesito para saber que hago magia en tú cuerpo.

Bajo lentamente con caricias por tú abdomen antes de llegar a tú vagina, colocó tus piernas sobre mis hombros y comienzo a lamer, mordisquear y relamer mientras se te escapa el aire con cada gemido y tú cuerpo se contorsiona.

Me mantengo allí, tocando cada punto con mi boca que te hace olvidar el mundo exterior y disfrutar entre las cuatro paredes de está habitación.

Ya no soportaba más, era momento de penetrarte
Ordene que te supieras de espaldas y rápidamente obedeciste sin rechinar.

Bese tú espalda y luego incline tú cuerpo.

Fui metiendo con cautela mi miembro en tú interior, tan húmeda estabas que no fue mayor problema, después que estuve por completo dentro de ti comencé a tomar ritmo y aumentar la velocidad de mis estocadas.

Gemias, gritabas y jadeabas de placer sin importar quién no escuchara.

Las posiciones y variaciones que llegaban a mi mente dejabas que la hiciera sin agregar un pero, tú mente ya sabía que tú cuerpo lo disfrutaría.

-- Me voy a venir -- te advierto al sentir como se encogen mis testículos.

Sí más, cambias rápido de posición y te colocas frente a mi.

-- Dámela todo -- dices antes le llevarte mi miembro a la boca.

Suspiro al sentir mi glande tocar tú garganta mientras tienes tus ojos en mi y hacer juego con tú lengua alrededor de mi tronco.
Lo retiras lentamente de tú boca y dejas sólo el glande.

Me sonríes con picardía al sentir mi miembro palpitar comienzas a masturbarme con rapidez para tener mi semen en tú boca.

Poco tiempo después me vine en tú preciosa boca, seguiste masturbandome hasta que no quedo ni una gota y mi pene ya estaba flácido.

Agotado, caí de espaldas a la cama dando un suspiro, pronto sentí como subías para recostarte sobre mi pecho.

Dormimos alrededor de una hora para recuperar energía.

Después de un polvo mientras nos duchabamos salí de regreso a la habitación, me apresure a vestirme y antes de dejar la habitación coloque una pequeña hola sobre la mesa de noche justo al lado de donde había quedado tú braga con una nota.

"Tú compromiso será con el
Pero tú cuerpo es mío...
Atte: Tú Amante"

EncuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora