"El príncipe que coqueteaba con la muerte"

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Érase una vez un bello y alocado príncipe

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Érase una vez un bello y alocado príncipe.

Su nombre era Viktor Nikiforov, hijo del ilustre monarca Nikolai Nikiforov. Su reino era vasto en oro, tierras, tropas y respeto, gracias al increíble desempeño de la corona que reinaba. El éxito esperaba por Viktor y amenazaba con perseguirlo desde el momento en que nació.

Desde el momento en que sus deslumbrantes orbes azules se abrieron, miles de personas ya lo alababan y rezaban por una larga vida para él... excepto el mismo príncipe.

Sí, era un joven de excepcional carisma y belleza, dotado de vastos talentos e inigualable intelecto; sin embargo, siempre pareció tener un gusto especial por coquetear con la muerte.

Nunca dudaba en lanzarse a la batalla y poco le importaba morir o vivir. Dios sabe en cuántas situaciones descabelladas y peligrosas llegó a meterse. Vaya, ni idea de qué pasaba por su cabeza en esos momentos.

El joven príncipe sabía lo que se esperaba de él, y en un principio intentó con todo su ser cumplir con las altas expectativas y exigencias. Sin embargo, nunca parecía suficiente; siempre se seguía esperando la siguiente gran hazaña de quien sería el siguiente monarca.

En algún punto de su corta trayectoria, durante un declive emocional, se le cruzó por la cabeza la idea de morir como un héroe o como un mártir. No lo razonó mucho, pues morir en el campo de batalla supondría para él ser recordado para siempre como un héroe de guerra y, al mismo tiempo, sería un merecido descanso.

Al principio se arriesgaba lo justo, y después empezó a disfrutarlo tanto que llegó a olvidar o menospreciar el valor que su vida poseía.

¡Pero vaya que eso debería cambiar! Ahora, si me lo permiten...

Érase una vez un bello y soñador príncipe, y su nombre era Yuuri Katsuki, hijo del ilustre rey y ángel de la muerte, Azrael. Es innecesario hablar de lo vasto que es su reino y poderío, ¿no? Y aunque, al igual que con Viktor, se esperaban grandes cosas del mismísimo príncipe de la muerte, a este poco le importaba cumplir con todas las expectativas.

A pesar de la oscura personalidad que se podría predecir del hijo de Azrael, no podría alejarse más de la realidad.

Yuuri era un chico soñador, tierno, ansioso por encontrar a un alma tan valiosa que pudiese cautivarlo, deseoso por vivir un amor.

De hecho, Yuuri no tenía un apellido; "Katsuki" era un apellido que se apropió en uno de sus miles de viajes furtivos al mundo de los vivos.

Como príncipe de la muerte, le era inevitable amar la vida; por eso, uno de sus pasatiempos favoritos era rodearse de ella.

Fue así como se encontraron.

El joven príncipe Viktor se paseaba por un mercado, tratando de pasar desapercibido y sencillamente viviendo el momento, al mismo tiempo que un anonadado Yuuri miraba con ojos brillosos y animados la actuación callejera de un pequeño grupo de artistas.

COQUETEAR CON LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora