[[Kakashi Hatake & Naruto Uzumaki]]
♡ | No había ninguna otra palabra más para describirlo; 𝗂𝗇𝗌𝗈𝗉𝗈𝗋𝗍𝖺𝖻𝗅𝖾. Ese jounin peliplata no era nada más que eso igual pensaba el último mencionado del rubio, claro que había una gran diferencia.
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El atardecer se estaba desmoronando a paso lento como rosas al terminar la primavera, pétalo por pétalo, el chico de cabellera plateada caminaba hacia su hogar risueño pues no paraba de sonreír al recordar los bellos ojos azules inocentes perseguirlo con asombro, desapareciendo en segundos su parlanchina pero hermosa voz al dejarle el beso en la mejilla, desconcertado y confundido a la vez, tan lindo
Sin lugar a dudas había valido la pena robarle un beso, sus mejillas se calentaron y no pudo evitar soltar una risita nerviosa al recordarlo, avergonzado cubrió su rostro con sus manos
¡Sus cachetes ya dolían de tanto sonreír!
Se tambaleába con una sonrisa debajo de su máscara musitando una audible risilla como la colegiala enamorada que era, cerro sus ojos aún con la curva que adornaba su rostro de no ser hasta que está decallo en tristeza borrando se en segundos, ¿Había hecho bien? Ahora se cuestionaba ello
Es decir ¿Había hecho bien besarle la mejilla sin su permiso y salir corriendo? La preocupación invadió todo su cuerpo experimentando una corriente feroz en su espalda de miedo porqué ¿Y si a Naruto le había disgustado el gesto? Algo en su interior se removió dandole un sentimiento horrible
Apretó sus labios inseguro, su ojo onix miro el atardecer observando el anaranjado del cielo el cual le recordó la sudadera de un rubio además de que ese tono le quedaba muy bien por sus bellos cabellos rubios, que se parecían a su padre pero que los del pequeño Namizake brillaban más y tenían un tono más vivo, sonrió tristemente, quizás, si se hubiese quedado en los mejores escenarios lo hubiese invitado a comer o a jugar y porqué no si era posible hasta un paseo por la aldea ellos dos, suspiro derrotado haciendo un puchero, claro que le hubiese llevado a todos los puestos de ramen él más que feliz lo acompañaría
Se sonrojo inevitablemente
Aún con todo lo que ha logrado a su corta edad realmente no se cree capaz de armarse completamente de valor para declararle sus sentimientos al Uzumaki, ningúna misión se compara con el miedo que tienen ante la idea de no ser correspondido pero no es solo ello pues él más que nadie sabe muy bien que ese precioso corazón andante tiene todo su derecho a amar a quien quiera sin necesidad de darle explicaciones a alguien, su pecho se contrae y sus ojos se aguan levemente
"Alguien de tono gris como lo eran ellos no podían llegar a alcanzar ese amarillo brillante, incluso en la orilla del risco, queda muy alto que nisiquiera las yemas de nuestros dedos alcanzarían a tocarse si estás allá, ahí en donde por ocasiones te admiro, suspirando por alguna vez poder brindarte mi amor, quizá si en el intento de estar de puntas en los pies, mi mano rosa levemente con la nada logras mirarme, mi corazón te jurará amor sincero hasta el fin de mis días"- lee el mayor en el sillón
