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I.

Lía.

Enero 02.

-Vete a la mierda, Adam.-solté entre lágrimas a través del teléfono, para después lanzarlo sobre la cama.

Suni y Jade me miraban preocupadas, esta no era la primera pelea telefónica que teníamos Adam y yo, era más bien, una de las tantas. Era como una rutina, las teníamos por lo menos una vez a la semana.

-Todo esta bien, calma.-Suni sobó mi espalda tratando de darme tranquilidad, algo que había perdido desde que Adam llegó a mi vida.

El chico de sonrisa cuadrada que me tenía completamete enamorada.

No sé porque, pero nunca había tenido el valor para terminarlo. No a él.

Mi primer novio, el chico que me ha jurado amor eterno cientos de veces.

Mi primer beso.

Creo que por eso nunca me tomó en serio, nunca quise ir más haya de un beso.

Y nuestros besos no eran de esos apasionados que salen en las películas de romance, eran inocentes y tiernos.

Yo no estaba lista para ir más allá, pero al parecer Adam necesitaba más de lo que yo podía darle.

Había recibido un mensaje desconocido está noche, una foto junto a un mensaje de advertencia.

“Cuidado con tu noviecito, le gusta salir a divertirse sin ti.”

La foto era de Adam junto a una chica, estaban sentados juntos en una de las mesas de la fiesta. No hacían más que charlar, pero se veían tan cercanos que me hacía dudar de él.

Siempre pasaban situaciones similares, me llegaban cientos de rumores de Adam cada semana.

Este no era el primer número con “información” que tenía que bloquear.

Jade me dijo que tal vez el estaba buscando en otra parte lo que yo no le podía dar.

Pero, ¿qué era eso? Diariamente le envío miles de mensajes preocupándome por él, preguntándole sobre su día, si ya ha comido. Ningún día me quedo sin darle su mensaje de buenas noches. Cuando tengo la oportunidad de verlo lo lleno de abrazos y besos en las mejillas, nunca dejo de recordale lo mucho que lo quiero. Amor no le falta.

Yo diría que nuestro amor es más un amor “cibernetico” que un amor normal.

No puede recibir más de mi, si bien me va tengo 1 permiso para salir al mes, con la condición de llegar antes de las 10 p.m. e informar a cada hora si me encuentro bien y dónde.

Al principio todo iba bien, hasta que me empezaron a llegar los rumores, “advertencias”, la información sobre Adam. Ya nisiquiera se que nombre ponerle a todo esto.

-Ten, bebe.-Jade me paso un vaso de agua, lo bebí tratando de tranquilizarme un poco.

-Es un idiota.-Suni estaba enojada, no era la primera vez que me veía en esta situación gracias a él; devastada, con lágrimas en los ojos, la nariz tapada y la voz en un hilo.

-No cabe duda.-le respondió Jade sentándose junto a mí en la cama.

Al único lugar que me dejan venir con toda confianza es la casa de Suni, aquí hacemos pijamadas todos los fines de semana.

Hoy es Viernes, día de pijamada.

-¿Qué...qué estoy haciendo mal?-mi voz saliendo en un hilo, casi inaudible.

-Ay, mi niña...-Suni acarició mi cabello.
-Absolutamente nada, él es un completo idiota.-me regaló una sonrisa reconfortante.

Traté de sonreír pero no pude.

Jade suspiró, queriendo sacar algo de su pecho.

-Creo que debo serte sincera, Lia.-me miró seria.

Yo solo esperé a que continuará, la voz no me salía para pedírselo.

-Tu eres...¿cómo lo digo?-suspiró tratando de encontrar la palabra.
-Diferente.-terminó.

Suni la miró mal.

-Jade...-llamó a su nombre con un tono de advertencia.

-Lo siento, si no le decimos nosotras, nadie más lo hará.-me miró de nuevo.
-Eres tan inocente y dulce, pero ningún chico hoy en día busca eso, es aburrido.-

Soy aburrida.

-Créeme que si no cambias, Adam te dejará. Si yo fuera el también lo haría, es la relación más aburrida del mundo.-

Auch, mi corazón.

Bajé la cabeza y mire al suelo.

Lágrimas bajaron por mis mejillas, estoy perdiendo a la persona que más amo por culpa de mi inocencia e inmadurez y apenas caía en cuenta.

-Jade, no seas dura... Pumpkin, mírame.-ordenó tomando mi mentón para que la mirara.

No dijo nada, solo me abrazo.

-Se que tu no eres como nosotras o como las demás, no eres diferente, más bien eres única. Para ti hay muchas cosas que son preciadas como el primer beso o la virginidad y eso está bien. Cada quien puede pensar como quiera. Tan solo mira a Jade, la desfloraron hace 1 año y el chico con el que estuvo no es relevante en su vida. Ni siquiera recuerda donde fue.-Jade se rió.

-Cierto.-

-Pero, -continuó Suni.-si Adam no lo sabe respetar, no es el indicado. Si hay un hombre que te merezca, será aquel el cual respete tus decisiones y entienda que hay cosas preciadas para ti como la virginidad.-me sonrió calidamente y tomó mi mano en un gesto reconfortante.

Suni es el sol de mi vida, siempre está para mí y trata de reparar mi corazón cuando esté se encuentra roto.

Por otro lado, Jade es fría y muy directa, a veces lo es tanto que olvida que soy frágil y puede lastimarme.

En veces pienso que realmente no le importa si lo que va a decir me lastimará o no.

Sus comentarios me han hecho llorar más de una vez.

Pero es sinceridad, así lo llama ella.

Y son cosas que debo de aprender, me alegra ser amiga de Jade, me enseña muchas cosas.

Tal vez si deba cambiar y ser un poco más abierta con los Adam, nunca hemos pasado de besos de piquito.

Estaba tan metida en mis pensamientos que dejé de prestar atención a lo que Jade y Suni me decían.

En ese momento la puerta del cuarto de Suni se abrió rápidamente, haciendo un estrenduoso ruido.

Chandler.

Chandler. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora