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—Yo... sé que es inesperado, probablemente me vayas a lanzar un florero después de esto. Lo entenderé, supongo que yo también lo haría si fuera al revés. Uhm, la cosa es HoSeok.... creo que me gustas. Sé que es raro, es decir ambos somos chicos, tú tienes novia después de todo.

—Tú también tienes novia —señaló.

—Bueno, ya no. Ella se dió cuenta de que algo no estaba bien en mí. En fin, entiendo completamente que te sientas asqueado, solo... quería que lo supieras, nunca he sido capaz de guardarte secretos —hizo una pequeña pausa—. Me gustas.

YoonGi se quedó mirando el suelo por interminables minutos, esperando alguna respuesta negativa o positiva —cabe destacar que para él un respuesta positiva era un “entiendo” de HoSeok y que este se metiera a su casa dispuesto a olvidar su embarazosa confesión.

Ni siquiera estaba seguro de en qué momento empezó todo. HoSeok —su amigo de toda la vida— de un día para otro aparentaba ser la cosa más hermosa del mundo, incluso más que su novia. Eso no le pareció tan raro, porque si bien era hetero, YoonGi no se consideraba ciego; HoSeok era realmente precioso. No obstante, las apreciaciones se volvieron cada vez más seguidas y él se quedaba mirando a HoSeok por horas, sonriendo cuando el chico lo hacía. Y bueno, si bien esto fue confuso no se compró a cuando se encontró teniendo sueños húmedos con un trasero redondo y esponjado que montaba su polla. No hubiera sido de extrañar si no fuera porque su novia era más plana que una tabla de surf. Por fin, en uno de sus múltiples sueños descubrió que ese trasero le pertenecía a HoSeok, el cuál paso a aparecer en su mente a lo largo del día y de la noche.

Cuando dejo de tener erecciones con su novia y simplemente perdió el interés, YoonGi se dió por vencido y sólo le termino a la chica, que ni siquiera pudo fingir estar sorprendida. Después, ni por un momento pensó en no decirle a HoSeok sobre esto. Su amigo lo notaría eventualmente y probablemente sería peor. YoonGi podría ser muchas cosas, pero nunca un cobarde.

Y aquí estaba, afuera de la casa de los Jung, declarándosele a un hombre. Su amigo. YoonGi ni siquiera quería reparar en que él estaba quedando como un... como un gay. Quería reservar un poco se autoestima.

—¿Tú estás seguro de lo que me dices, Yoon?

—Totalmente.

HoSeok se callo otros segundos más —segundos en los que YoonGi sentía las palmas empapadas de sudor— antes de tomarle la mano, haciendo que YoonGi levantará la cabeza sorprendido, HoSeok le sonrió con timidez, lo cual ocasionó un revoltijo de sensaciones dentro de sí mismos.

—Supongo que yo no era el único confundido entonces.

Ante eso, YoonGi trago saliva con fuerza.

—¿Confundido?

HoSeok se rasco la nuca, pensando y acariciando su mano suavemente. —Las cosas con Lisa estaban resultando tediosas, siendo honestos. Ya no... ya no se me paraba con ella, y estaba empezando a sentir algo así como versión hacia sus pechos.

—¿Hablas enserio?

—Sí —admitió, y su rostro se contrajo—. No fue fácil asimilar algo así, y ella estaba comenzando a sugerir cosas que me hicieron sentir incómodo.

—¿Qué cosas?

—Que en vez de estar con una mujer debería pedirle a NamJoon o a... o a ti, que me follaran.

El rostro de YoonGi se cubrió de rojo a la vez que se deformaba e  estupefacción. Pensó que HoSeok bromeaba, se le dificultaba creer que Lalisa fuera capaz de tal cosa, pero el rostro de su amigo estaba bañado en vergüenza, por lo que la idea de que le estubiera tomando el pelo fue descartada.

— Oh. —dijo débilmente.

—No quise prestarle mucha atención, sé que ella sólo lo dijo porque estaba frustrada, después de todo fue un mes en los que ambos intentábamos vanamente conseguir una erección de mi parte —rió secamente—. No obstante, me encontré pensando en lo que dijo, imaginando y... uhm —murmuró, desviando la mirada a un costado—. Viendo el lado bueno, descubrí que no sufro de ninguna difusión erectil —intentó bromear, sonriendo torcidamente.

YoonGi no sabía si reírse para aligerar la tensión, o soltar todo el aire que tenía acumulado en el pecho.

—Entonces —carraspeó inseguro—. Q-Quieres decir que estamos en el mismo lado del barco ¿No?

HoSeok asintió con la cabeza firmemente, sus mejillas teñidas de un rosado pálido. YoonGi quería apretarlas entre sus dedos.

—No sé cómo tratar esto —dijo HoSeok en voz baja—. Jamás me pasó por la mente tener sentimientos hacía otro hombre.

—A mí tampoco. Pero creo que ambos podemos intentarlo. Juntos probablemente sea más fácil averiguar como funsiona —trato de sonar optimista, aunque estubiera temblando de los nervios. HoSeok lo miro igual de nervioso, y YoonGi le sonrió con toda la sinceridad que poseía— ¿Que dices, Seokie? ¿Quieres intentar ser gay conmigo?

HoSeok soltó una risa genuina, cubriéndose la boca con una mano. YoonGi rio también y le acaricio el cabello, respirando profundamente cuando su amigo lo miró de nuevo con una expresión risueña adornando su cara.

—Creo que sí quiero intentarlo, Yoonie.

YoonGi sonrió enormemente -por dentro estaba insólito por haber resultado correspondido—, y se inclino hasta que sus labios estaban pegados a los de HoSeok.

Fue un beso torpe, ansioso he inexperto. Sin embargo, despejó muchas dudas en ambos, lo suficientemente como para no retractarse de batear al otro bando de repente.

Obvio que ninguno se imaginaba que no sería fácil anotar un homerun.

Clases para ser Gay © YoonSeok [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora