YoonGi es un escultor y pintor muy reconocido, una característica más que da para hablar de él es su ceguera, producto de un accidente.
Jimin, un chico lindo que llega a la vida de Min de una forma un tanto peculiar, pero a como llegó, se fue. ¿La r...
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Había pasado aproximadamente una semana desde aquel exagerado suceso, estaba esperando a que YoonGi llegara del trabajo, ya me había cansado de esperarlo horas y horas, ¿qué acaso no se cansaba de estar esculpiendo?
A veces me quedaba viendo sus manos, su rostro, a él en sí. Era muy lindo, pero se veía muy agotado, necesitaba que alguien le ayudara y estaba decidido a ser yo quien se ocupara de ello.
—Es muy gruñón, no sé si pueda lidiar con él, pero quiero ayudarlo. —pensé en voz alta mientras agarraba una botella de agua de su alacena—. Sé que tal vez no iniciamos con el pie derecho pero espero que finalmente me deje hablar y no se ponga como loco a gritar que llamará a la policia, ¿qué rayos puedo hacerle yo?, está mucho más alto a comparación de mi persona. —Me senté en el sofá y suspiré mientras veía uno de los grandes cuadros que tenía en su sala—. Claro que él no sabe eso, pero blah, qué gruñón.
Observé al señor de unos cuatenta años ㅡen ese entoncesㅡ, se parecía muchísimo a YoonGi, o mejor dicho, él se parecía a aquel señor.
Ambos con la piel pálida, los ojos gatunos y un semblante serio.
«Incluso de niño era un pequeño ogro»
—¿Por qué lo tendrá allí? Ni siquiera se lleva con su padre... Meh, no es tan guapo. —dije dejando de darle importancia y me paré para seguir paseando por su casa, la cual ya me había recorrido muchísimas veces. Oh YoonGi querido, si supieras...
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ㅡPerdón por no haberme presentado bien, soy Park Jimin, tu padre me envió para cuidarte. ㅡmentí mientras el de tez pálida veía a un punto fijo y no parecía estar convencido, llevaba una hora tratando de hacer que no perdiera la calma y creyera el por qué estaba aquíㅡ. Tengo una copia de la llave de tu casa, por eso pude entrar la otra vez. ㅡexpliqué armando mejor mi coartada, tenía que verse creíble para que no se alocara y me amenazara de nuevo con llamar a su abogado, tss, como si pudiera hacerme algo, primor.
ㅡNo entiendo por qué mi padre enviaría a alguien a cuidarme, él no lo hizo en todo este tiempo. ㅡhabló finalmente y suspiréㅡ. Aparte, ¿por qué esperaste hasta ahora para decirme? No es como si la otra vez hubiera sido la primera que estabas en mi casa, ¿o me equivoco?
Miré a otro lado y le saqué la lengua, no me vería, qué importaba.
ㅡ¿Por qué no aceptas la ayuda y ya? No te vendrían mal mis ojos, tu no te ves pero enserio luces cansado, ¿al menos le metes algo de comida a tu cuerpo? Luces más pálido de lo normal, eres un grandioso escultor pero si sigues así no podrás terminar tus trabajos.
ㅡMis tiempos están muy medidos, puedo sobrevivir tomando pura agua. ㅡSe excusó y suspiré.
ㅡClaro claro, pues bien, créeme que me importa poco tu opinión, estaré aquí cuidándote y haciéndote compañía, sé perfectamente donde está el cuarto de huéspedes por lo que no tienes que ser tan amable de mostrarme el camino. ㅡdije sarcástico y este bufó parándose y tomando sus cosas.
ㅡComo sea, iré a mi oficina, no quiero que me molestes, ¿okey? Trata de no toparte conmigo, hay muchos lugares en esta casa, pierdete por allí y no hables. ㅡordenó como si fuera mi jefe, ¿quién se cree que es?, me acerqué a él mientras observaba sus facciones y sonreí de lado pellizcando su mejilla.
ㅡBobo. ㅡMe burlé yendome de la habitación y escuchando como este se enojaba por aquello, reí y le miré desde la otra habitación.
ㅡMe divertiré mucho contigo, solo espero que esto no acabe rápido. ㅡdije suavemente, miré su reloj de pared y después me fui.
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