Escultor ♡ YM ©ITSAFROMOTHERWORLD

IV

Habían pasado ya dos meses desde aquel día, Jimin vivía prácticamente con YoonGi aunque a este no le hubiera parecido la idea en un inicio.

Sin embargo, ambos comenzaban a llevarse mejor, Jimin le cocinaba desayuno, comida y cena a Min, se podría decir que logró obtener la amabilidad de este mediante el apetito.

—Hoy vendrá Hoseok, veremos unas cosas de la próxima exhibición en el museo de Gangnam. —Le comentó a Park.

—Ohh, de acuerdo, yo saldré a comprar algunas cosas para la alacena ya que casi no hay comida. —dijo el menor mientras agarraba una bolsa ya que no le gustaba usar de plástico, se le hacía muy malo para los animales y contaminaba su viejo hogar.

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Las horas pasaron y Hoseok llegó, saludó a su amigo, el cual últimamente se encontraba más calmado e incluso se veía mejor, las bolsas en los ojos habían estado desapareciendo un poco e incluso ya no se veía tan delgado a como antes.

—Me da gusto verte mejor, has estado comiendo mejor, ¿verdad?

—Sí, Jimin me ha ayudado, me hace de comer y me recuerda que duerma al menos siete horas diarias. —dijo mientras se sentaba en uno de sus sofás.

—Jimin, el chico que envió tu padre a cuidarte, ¿no? —Min asintió y Hoseok se sentió aliviado de saber que ya había alguien que pudiera cuidar más de YoonGi—. ¿Y dónde está?

—Fue al súper a comprar unas cosas ya que hace falta más comida. —dijo tranquilo y ambos siguieron charlando de diversas cosas.

—Por cierto, ¿qué has estado esculpiendo? Veo que no vas al estudio si no lo haces aquí mismo en tu oficina, debe de estar hecha un desastre. —dijo y rió suavemente.

—Estoy esculpiendo algo nuevo... espero quede bien, me está ayudando Jimin de hecho, y no creo que esté hecho un desastre, él me ayuda a limpiar.

—Ya veo, bueno, me da mucho gusto que te esté yendo bien.

—Sí, todo acerca de la exhibición va yendo de maravilla y estoy a punto de firmar un contrato con Lionel donde este establecido que seré el único pintor de sus modelos y que si continúo trabajando con el por más de un año, el quince por ciento de sus acciones pasarán a mi nombre.

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Hoseok finalmente se fue y justo diez minutos después llegó Jimin con la bolsa llena de cosas.

—¿Jimin? —preguntó YoonGi después de haber oído aquellos pasos que iban hacia la cocina.

—Sí, soy yo, ya llegué, ¿qué tal te fue con Hoseok? —preguntó mientras sacaba todas las cosas y las iba dejando en la gran barra de mármol de la cocina.

—Muy bien, platicamos de algunas cosas, justo acaba de irse, si hubieras llegado antes lo hubieras podido conocer. —dijo caminando con cuidado hasta la cocina y se sentó en una de las sillas giratorias mientras su mirada estaba hacia delante.

—Había algo de tráfico, por eso tardé. —Se excusó y dejó la bolsa doblada en una esquinita de la barra—. Traje más arina, chocolate para derretir, fresas y algunos ingredientes más para hacer una tarta de chocolate, ¿quieres?

—Sí, debo admitir que cocinas muy bien. —dijo sonriendo sinceramente y Jimin le imitó, le gustaba ver aquella sonrisita que pocas personas en la tierra habían podido ver, si bien YoonGi era un gruñón, en el fondo tenía un cálido corazón y mucho amor para dar.

—Gracias, me alegra que te guste lo que cocino. —dijo agarrando lo que usaría.

—Jimin, ¿cuántos años me dijiste que tenías? —preguntó curioso el mayor.

—Veintiún años, ¿por qué?, ¿mi voz se oye de viejo? —bromeó haciendo reír al más pálido.

—No, sólo quería saber cuánto nos llevábamos de edad, ¿podrías hablar? —preguntó mientras se paraba de su asiento y caminaba hacia adentro de la cocina y seguía aquella sutil y algo aguda voz.

Llegó hasta al frente de Jimin, sintió su calor y tocó al frente sintiendo un brazo, soltó un pequeño "oh..." al sentir que la piel de este era suave pero fría, cosa contraria que le había transmitido antes de tocarlo—. ¿Puedo tocar tu cara?

—Ya lo has hecho anteriormente, ¿por qué lo sigues preguntando?

Min sonrió suavemente, sintiéndose algo avergonzado, alzó lentamente sus manos y tocó las bellas facciones de aquel chico que no tenía el placer de ver, sin embargo su mente era tan creativa que con solo tocar su rostro, podía imaginar perfectamente cómo se veía este, por eso mismo igual había decidido comenzar a esculpirlo, siendo así, una de sus futuras obras maestras.