Parte 4

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Marinette

Ya en casa y sin poder creerme todo lo que había sucedido. Me tumbé boca arriba mientras analizaba minuciosamente lo bien que iba hasta ahora. ¿Realmente mi vida como una persona sin suerte había desaparecido? No, eso era completamente imposible. Todos me conocían por ser torpe e impuntual, por eso que mi vida diera un giro como estos era realmente loco. Los llamados de mamá me volvieron a la realidad y bajé.

-¿Qué ocurre mamá? -pregunté mientras entraba con toda la tranquilidad del mundo a la cocina, buscando alguna fruta porque tenía mucha hambre de repente.

Pero mi pregunta nunca fue respondida, así que confundida seguí su mirada hasta la televisión, justamente donde daban unas tomas a una pelea que parecía de película. Una mujer enfundada en un hermoso vestido verde escarlata con una cola larga, gafas como si fueran de piedra, piel grisácea, cabello de serpientes y miles de pequeñas serpientes detrás que atacaban a su lado. ¿De cuándo acá daban cosas así por la tele? O mejor aun, ¿por qué vestía así en un día como estos?

Iba a preguntar cuando la inconfundible presencia del héroe gatuno hizo aparición, haciéndole frente a la mujer que se notaba, lo odiaba. La piel se me erizó y el corazón galopeó con descontrol, ¿qué estaba pasando? Seguí observando mientras la preocupación iba subiendo.

-Aún no sabemos exactamente quién es esta mujer o por qué hace todo esto, pero tenemos en claro que sus intenciones no son realmente buenas. Por dicha nuestro increíble superhéroe ha llegado a la escena para hacerse responsable de la situación y mantenernos a salvo. Las autoridades... -la reportera siguió hablando, pero mi mente desconectó de todo. Simplemente no podía procesarlo.

Sin mediar palabra caminé a mi habitación cuando escuché el teléfono sonar. Era Alya y quería ver lo que ocurría de un mejor ángulo para grabarlo en su Noir blog dedicado específicamente al chico gatuno.
No quería ir pero me preocupaba mucho lo que pudiese pasarle a ella y a Chat mientras peleaba, así que acepté y salí corriendo sin despedirme de mis padres. Abajo estaba Alya con su bicicleta, esperando ansiosa para ver al rubio en verdadera acción y no en simples peleas con drogadictos.
Cuando llegamos, ambos seguían combatiendo sin cesar. La mujer mandaba rayos de saber dónde y el superhéroe contraatacaba con ayuda de su bastón o bien algunos golpes cuerpo a cuerpo que no hacían más que empeorar las cosas.

La mujer lanzaba rayos y de paso se hacía más fuerte conforme recibiera ataques directos, increíble.

No habían muchas personas alrededor, principalmente porque al parecer los ataques de la mujer convertían a las personas en serpientes, lo que significaba que ese montón de animalitos eran personas convertidas por la villana de nombre indescifrable.

-Alya... -llamé temerosa al ver cómo ese rayo estaba cada vez más cerca de nosotras- Creo que es mejor retroceder, la batalla está muy cerca de nosotras y no es bueno.

-No pasa nada, tengo todo bajo cont... -su teléfono cayó al momento en que su cuerpo fue alcanzado y convertido.

Un grito de horror salió de mí y recogiendo su celular, salí huyendo de ahí, encontrando serpientes por todas partes. Serpientes que no se movían pero que cada vez iban en aumento. Las manos no paraban de temblar y las lágrimas amenazaban con salir.

Tenía miedo, no quería pasar por esto.

Al llegar a casa intentando buscar un poco de seguridad, mamá y papá no estaban, solo unas pequeñas serpientes que estaban completamente inmóviles y que no me molesté en tocar porque no me gustaban aun cuando sabía, eran mis padres. Salí huyendo de ahí sin saber a dónde ir. Esa mujer había llegado a todas partes, atacando a su antojo sin importarle nada. A lo lejos el museo se alzó ante mis ojos, adentrándome en busca de mi salvación.

Miraculous: Por un rumbo igual y diferente al originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora