La llegada casi bíblica de Kal-El, no fue casualidad. Krypton nunca fue lo que pareció, y la humanidad tendrá que pagar por el error de haber confiado en él; de haberlo amado y alabado. Superman... asesinará al Universo DC.
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La lluvia y los relámpagos empezaban a diezmar, mientras en el estacionamiento subterráneo de la comisaria de Gordon, el Batimobile, aún bloqueado y forrado con su capa de plomo, se mantenía estacionado. Dentro de él, e iluminado por una luz roja, Batman, con un control en su mano izquierda, que poseía una pantalla al frente, se mantenía recostado.
«Sus ojos... mientras se animaba la batalla, iban perdiendo vida. Mató a Alfred. Tengo que concentrarme, y empezar a formar hipótesis, adelantarme a lo que viene. Mató a Damián; a mis amigos. Sólo me queda mi cinturón, un trozo de kriptonita, ocho bombas de gas, diez explosivos, dos Batganchos, diez, quizás veinte batarangs, un celular desechable y mi auto. Mató a mi hijo. En la junta, antes de que perdiera la cordura, mencionó algo de Darkseid. ¿Lo estará controlando? Él mismo dijo, que no se trataba de ningún control mental. Pero eso pudo decirlo también, bajo control de algo. Eso es... estaba nervioso por eso. Darkseid, de alguna manera debió contactarse con él; o algún allegado. Le debió haber dicho lo que pasaría, sabiendo que por instinto, Superman acudiría a nosotros. Un Superman loco, suelto por las calles, podría ser reducido bajo una buena estrategia por parte de la liga; pero, si los reunía a todos, en una junta donde nadie se lo esperaría... La teoría del control por parte de Darkseid, es la más factible hasta ahora. ¿Teoría?, es apenas una hipótesis carajo. Pero debo tomar una decisión». Batman alzó aquel control, mirándolo con cierta melancolía. «Superman, ¿quería matar a toda la liga, o quiere matar a todos los héroes en general? De cualquiera de las dos formas, tengo caminos muy similares. O Superman está volando por Gótica ahora mismo, buscándome con su visión de rayos X, cosa que mientras este bajo el plomo, no funcionará, o está usando su superoído en busca de encontrar mis latidos y pulsos únicos, cosa que igual fracasará. El auto está herméticamente bien sellado. Soy invisible para él, al menos que bajara y viera el auto de manera normal. Pero el aire no es eterno, y con las reservas del propio vehículo, sólo durará cuarenta y ocho horas. Y si envío una señal de alerta a Dick, Jason, Barbara y Tim; podría encontrarlos... Al menos qué... Las balas que vació Alfred en Clark... Las balas eran una dosis demasiado pobre para ocasionar en él, un efecto similar a las medianas o más grandes; mas recibió tantas, que ahora puede estar escondido, quitándose cada pedazo de kriptonita y recargando fuerzas; tan distraído y débil, como para poner atención a una señal de radio viajando a una ubicación en específico y un aparato en específico. Es una moneda al aire. Y como están las cosas, si me la voy a jugar... debo tomar la hipótesis más radical; la cual es que Superman busca asesinar a todos los superhéroes o héroes del planeta. Por lo cual, cree un listado en mi control». Batman vio aquellos nombres mientras entrecerraba los ojos. «Las personas de la cual más amenazado podría estar. Número uno: Billy Batson, Shazam. Es demasiado infantil como para vencer a Superman, pero al mismo tiempo es quien lo podría matar si tan sólo usara todo su potencial. Es un enemigo que Superman querría neutralizado desde un primer momento. Número dos: Lex Luthor. No hace falta explicar por qué. Número tres: Supergirl. Sin importar que en fuerza no sea, o no se le haya visto con el mismo potencial que su primo, sigue siendo una kryptoniana. Número cuatro: Power Girl. Lo mismo. Número cinco: John Constantine. Está lejos de ser el más poderoso dentro del mundo mágico, pero a su vez, es un puente para conectar con ese mundo. Número seis: Raven. Lo mismo que John, sólo que mucho más poderosa. Aunque su constante depresión, le podría jugar en contra. Y la amenaza de Trigon, haría que Superman se lo pensara dos veces antes de atacarla. Número siete: Flash y cualquier derivado de velocista. Barry al igual que yo, sobrevivió al ataque contra la liga. Y es el que entre todos, podría incluso matarlo. Pero no sé si esté escondido, o no haya llegado a la Tierra. Número ocho: yo. Aunque en un primer momento fui prioridad, sin mi equipo, y con sólo un trozo de kriptonita, la mayor amenaza que represento es mi mente; cosa que sin un equipo adecuado, es menos que nada. Número nueve: El Escuadrón Suicida. No es secreto de nadie que fueron creados para matar a Superman si este se volviera contra la humanidad. Su amenaza ante él, es un chiste prácticamente. Pero no quita que la idea del grupo, sea una potencial amenaza. Número diez: El Detective Marciano. Sí, fue quemado demasiado tiempo, y no regresó a la batalla. Pero aún con eso, hay una probabilidad del treinta y cinco por ciento, de que haya sobrevivido». Batman miró el control, con aquel mensaje para su familia. «Si me equivoco, y Superman está esperando que haga esto; los matará y vendrá por mí. El sacrificio de Alfred habrá sido en vano. Es una moneda al aire». Batman presionó el botón de envío. «Si en veinte segundos no estoy muerto, significa que mi hipótesis de que está herido, es cierta...» pensó antes de retraer la nuca en el asiento.
